El sector turístico en la frontera entre Tailandia y Camboya se enfrenta a una crisis sin precedentes, con un desplome de las reservas de hasta un 100 % debido a la escalada del conflicto entre ambos países. Este repentino aumento de cancelaciones, especialmente en las provincias del este y el noreste, está afectando gravemente a la economía local y llevando al sector turístico al borde del colapso. El aumento de las tensiones, que comenzó a principios de mayo, ha creado un clima de incertidumbre y temor, lo que ha llevado a los turistas a evitar o cancelar viajes a estas regiones vulnerables. Como resultado, los negocios locales que dependen del turismo para su supervivencia se enfrentan ahora a pérdidas masivas, lo que presagia una posible recesión económica a largo plazo si la situación persiste.
El conflicto en curso con Camboya ha afectado significativamente al sector turístico en las regiones fronterizas de Tailandia, provocando un fuerte aumento de las cancelaciones de reservas, que en algunos casos llegan al 100%. Esta drástica disminución de las reservas supone una amenaza sustancial para la estabilidad financiera del sector turístico local, que ya enfrenta dificultades para afrontar la situación. El impacto ha sido especialmente intenso en las regiones oriental y nororiental de Tailandia, con zonas como Aranyaprathet en Sa Kaeo y grupos turísticos en Ubon Ratchathani y Sisaket experimentando cancelaciones que alcanzan el 10%.
La escalada de tensiones en la frontera entre Camboya y Tailandia ha paralizado prácticamente por completo el sector turístico local, con cancelaciones que afectan entre el 80 % y el 100 % de las reservas en varias provincias. Estas provincias están sufriendo las consecuencias, ya que no solo los turistas evitan las regiones, sino que también se han suspendido eventos y alojamientos planificados. Un análisis detallado realizado por la Autoridad de Turismo de Tailandia (TAT) entre el 25 y el 28 de julio subraya el grave impacto de estas crecientes tensiones, que comenzaron en mayo. El análisis revela el efecto perjudicial que la situación está teniendo en el sector turístico, que contribuye significativamente a la economía nacional.
La incertidumbre generada por el conflicto ha hecho que los turistas se muestren reacios a viajar a las zonas afectadas. La creciente ansiedad y preocupación por la seguridad ha llevado a muchos a cancelar sus viajes por completo o a evitar las regiones fronterizas. Esto ha generado un efecto dominó, y las empresas que dependen del turismo en estas regiones ahora enfrentan graves consecuencias económicas.
Cierres totales en zonas fronterizas
Entre las zonas más afectadas se encuentra la provincia de Sa Kaeo, que comparte frontera directa con Camboya. El distrito de Aranyaprathet, un destino popular tanto para turistas locales como internacionales, ha sufrido un cierre total, con todas las reservas canceladas. Esto representa una alarmante pérdida del 100% en las reservas, lo que ha ejercido una enorme presión sobre los negocios locales que dependen en gran medida del turismo. Incluso las regiones del interior de Sa Kaeo se han visto gravemente afectadas, con hasta un 80% de las reservas canceladas, lo que pone de manifiesto el miedo y la incertidumbre generalizados generados por el conflicto.
La provincia vecina de Chanthaburi no se ha librado de la situación. Esta provincia ha visto canceladas hasta el 80% de las reservas en sus atracciones turísticas, lo que ha dejado a los negocios locales en apuros. De igual manera, la provincia de Trat, también fronteriza, ha sufrido un cierre total en sus zonas limítrofes, sin reservas disponibles en estas regiones.
Incluso los destinos insulares más populares, antes conocidos por su flujo constante de turistas, no han sido inmunes a la crisis. Ko Chang, un destino muy popular, ha sufrido cancelaciones que oscilan entre el 10 % y el 30 %. Ko Mak ha perdido entre el 20 % y el 30 % de sus reservas, mientras que Ko Kood ha sido la más afectada, con una drástica caída del 50 % al 60 % en las reservas.
Las provincias del noreste enfrentan un impacto severo
Las provincias del noreste de Tailandia también han sufrido las consecuencias del conflicto. Ubon Ratchathani, provincia conocida por atraer grandes grupos de turistas, ha sufrido la cancelación total de todos los alojamientos para grupos turísticos. Sin embargo, a pesar del elevado número de cancelaciones, la provincia ha logrado mantener una tasa de ocupación del 70%, gracias en parte a la llegada de donantes y periodistas que cubren la crisis actual.
La provincia de Surin se ha enfrentado a una situación similar, con una reducción del 80% en las reservas de grupos turísticos. Aun así, ha logrado mantener una tasa de ocupación del 50% gracias al personal humanitario y a los periodistas. Surin también ha tenido que posponer su campeonato de motociclismo Enduro, lo que ha agravado aún más la crisis económica de la región.
La provincia de Sisaket, fronteriza con Camboya, ha sufrido la cancelación total de todas las reservas de grupos turísticos, mientras que Buriram ha sufrido una pérdida significativa de alrededor del 70% de sus reservas hoteleras. Las principales atracciones de estas regiones también se han visto afectadas, como el complejo del templo Phanom Rung, un importante sitio histórico, que ha cerrado sus puertas. El Circuito Internacional de Chang, otra atracción popular, se ha visto obligado a posponer todas las carreras programadas, lo que ha afectado aún más a la economía, que depende del turismo.
Respuesta del gobierno y medidas de seguridad
En respuesta a la creciente crisis, la Autoridad de Turismo de Tailandia (TAT) ha emitido avisos oficiales para las regiones afectadas, como Ubon Ratchathani, Surin, Sa Kaeo, Chanthaburi y Trat. Estos avisos destacan las zonas de alto riesgo y recomiendan encarecidamente a los turistas que eviten viajar a estas provincias hasta nuevo aviso.
La Autoridad de Turismo realiza un seguimiento activo de la situación semanalmente, manteniéndose al día sobre los avances y evaluando el impacto actual. Recopila información actualizada de las oficinas regionales en las provincias afectadas, así como de sus oficinas en el extranjero y diversos medios de comunicación, para evaluar el creciente impacto del conflicto en la industria turística tailandesa. Este seguimiento continuo es crucial para comprender el alcance total de la crisis y formular estrategias para mitigar sus efectos en la economía local y el sector turístico.