TURNBERRY, Escocia — El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dice que “va a estudiar” un arancel general del 10 por ciento sobre la mayoría de los productos del Reino Unido, lo que aumenta las esperanzas de un avance en las negociaciones comerciales entre los dos países.
Trump hizo estos comentarios a los periodistas desde su campo de golf de Turnberry en Escocia el lunes, antes de una amplia conversación con el primer ministro británico, Keir Starmer.
Cuando se le presionó sobre si consideraría alguna reducción de la tasa arancelaria recíproca del 10 por ciento para el Reino Unido (la más baja de cualquier socio comercial de Estados Unidos hasta la fecha), el presidente se mostró optimista.
“Vamos a echarle un vistazo”, respondió, y añadió: “queremos contentar al primer ministro”.
Su comentario se produce a pesar del nerviosismo dentro del gobierno del Reino Unido por la implementación de algunos elementos del Acuerdo de Prosperidad Económica entre el Reino Unido y Estados Unidos firmado hace más de dos meses.
Además de una reducción del arancel recíproco del 10 %, el Reino Unido presiona a Estados Unidos para que cumpla su compromiso de reducir los aranceles sobre el acero y el aluminio del 25 % a cero. El progreso se ha visto obstaculizado por las normas estadounidenses de fundición y vertido, que exigen que el acero importado a Estados Unidos se funda y vierta en el Reino Unido para poder beneficiarse de la reducción arancelaria.
Cuando se le preguntó sobre la posibilidad de reducciones arancelarias al acero y al aluminio, el presidente no hizo comentarios directos.
“Estamos en excelente forma, se llegó a un gran acuerdo con el primer ministro del Reino Unido; hicieron un excelente trabajo”, dijo. “Llevan 12 años intentando llegar a ese acuerdo, y lo consiguió, así que todos lo respetan… va a generar muchos empleos aquí, y será excelente para Estados Unidos, y en cuanto a la relación… nuestra relación es incomparable, pero se fortalece aún más cuando se tiene un buen acuerdo comercial”.
También se le preguntó al presidente sobre la posibilidad de reducir los aranceles al whisky escocés, un importante producto de exportación del Reino Unido.
“Bueno, hablaremos de eso”, respondió el presidente abstemio. “No sabía que el whisky fuera un problema. No soy un gran bebedor de whisky. Pero quizá debería serlo”.
El presidente no hizo comentarios sobre los aranceles a los productos farmacéuticos, que amenazó con anunciar a principios de agosto.
Las empresas farmacéuticas del Reino Unido, incluidas GSK y AstraZeneca, venden una enorme proporción de sus medicamentos al mercado estadounidense; las exportaciones farmacéuticas británicas a ese país alcanzaron un valor de 6.600 millones de libras en 2024.
Una figura del gobierno del Reino Unido —a la que se le concedió el anonimato para hablar libremente— dijo a POLITICO la semana pasada que un acuerdo sobre productos farmacéuticos era “mucho más probable” que un progreso inmediato sobre el acero o los aranceles recíprocos generales del 10 por ciento.