China espera con ilusión la llegada del presidente del Consejo Europeo, Antonio Costa, y de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, para la 25.ª Cumbre China-UE. Para los residentes de ambos lados, así como para los observadores externos, la cumbre es más que un hito diplomático: representa una oportunidad excepcional para replantear las narrativas, reconstruir puentes y reavivar los lazos culturales, económicos y turísticos entre dos de las mayores economías del mundo.
La cumbre, que coincide con el 50.º aniversario de las relaciones diplomáticas chino-europeas, marca medio siglo de colaboración. Desde el comercio hasta la seguridad, la política climática y la inteligencia artificial, los líderes de ambas partes se enfrentan ahora a un mundo cada vez más polarizado. Pero esta cumbre es un rayo de esperanza: el respeto mutuo y una colaboración pragmática aún pueden forjar el futuro.
La 25.ª Cumbre China-UE, cuyo objetivo es profundizar el diálogo no solo en política y economía, sino también en los intercambios con dimensión humana, no se logrará solo mediante el diálogo, según declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores de China en una conferencia de prensa celebrada recientemente. Los líderes europeos también se reunirán con el presidente chino, Xi Jinping, y el primer ministro, Li Qiang, para mantener conversaciones de alto nivel, donde se esperan acuerdos en áreas que abarcan desde la cultura hasta el turismo.
Si bien el reajuste económico y la estrategia geopolítica han sido los temas principales, el turismo se ha convertido en uno de los temas clave de la cumbre, aunque discretos. Mientras Europa y China se preparan para aumentar las visitas interpersonales tras la desaceleración de la pandemia, las autoridades esperan con interés reabrir los corredores turísticos, proponer nuevas medidas para la facilitación de visados y ampliar la cooperación entre operadores turísticos e instituciones culturales.
El turismo se convierte en el nuevo pilar de las relaciones entre China y Europa
Europa y China tienen una sólida trayectoria turística. Antes de la pandemia, millones de turistas chinos visitaban anualmente capitales culturales europeas como París, Roma y Viena. Mientras tanto, los visitantes europeos acudían en masa a ciudades chinas con una rica cultura como Xi’an, Hangzhou y Chengdu. Estos flujos no eran un mero factor del PIB; eran el motor de la diplomacia.
Según cifras del Ministerio de Cultura y Turismo de China, Europa representó el 15% de las llegadas de turistas chinos de larga distancia en 2019. Teniendo esto en cuenta, la Dirección General de Mercado Interior, Industria, Emprendimiento y Pymes de la Comisión Europea señala que el turismo procedente de China supuso un valor de más de 14.000 millones de euros al año para la economía de la UE antes de 2020.
No se trata solo de un imperativo económico restablecerlos. Se trata de resucitar el poder blando del intercambio cultural: visitantes paseando por los pasillos del Louvre, tomando un espresso en Roma, maravillándose con la Gran Muralla.
Política de adopción y reforma de visas para mejorar las oportunidades de viaje
Una reducción de las restricciones de visado es uno de los resultados previstos de la cumbre. China ya ha ampliado la entrada sin visado para los ciudadanos de la UE de algunos países, como Francia, Alemania, Italia, Países Bajos y España. Es probable que la lista se amplíe en futuros acuerdos bilaterales, con el objetivo de facilitar viajes más largos y espontáneos.
Mientras tanto, las propuestas incluyen la simplificación de la aprobación de viajes grupales, el aumento de los intercambios estudiantiles y la apertura de nuevos vuelos directos entre las ciudades secundarias de China y las principales capitales europeas. Las medidas están diseñadas para facilitar los viajes de negocios y de placer, e impulsar el gasto turístico fuera de los destinos turísticos más populares.
Turismo verde e inteligente: puntos en común en la búsqueda de la sostenibilidad
Tanto China como la UE han vinculado estrechamente sus visiones del turismo con las transiciones ecológicas y digitales. Apostar por lo ecológico: descarbonizar la infraestructura turística, fomentar el turismo sostenible y mejorar el turismo rural. En consonancia con ello, el 14.º Plan Quinquenal de China promueve el desarrollo del turismo sostenible, las zonas de ecoturismo y las plataformas digitales de turismo.
Se espera que la cumbre abra la puerta a nuevas iniciativas piloto entre las provincias chinas y las regiones europeas. Por ejemplo, las iniciativas entre regiones hermanas podrían facilitar el desarrollo colaborativo entre Sichuan (China) y Baviera (Alemania) en materia de turismo de naturaleza, o entre Zhejiang y la Toscana (Italia) en materia de turismo gastronómico. Todas estas actividades no solo estimulan las economías locales, sino que también fomentan la buena voluntad a largo plazo entre ambas naciones.
El patrimonio cultural en primera línea
Las instituciones culturales también se benefician. Las autoridades han sugerido exposiciones museísticas co-curadas, residencias artísticas e intercambios estudiantiles, incluyendo programas entre instituciones de Pekín, París, Roma y Berlín. Este tipo de eventos ofrece escenarios para la narración de historias, innovación y humanidades compartidas.
Esta diplomacia cultural es vital para la expansión del turismo. Cuanto más comprendan los viajeros el significado de las reliquias que ven o las costumbres que presencian, mayor será la probabilidad de que regresen, inviertan o las promocionen. Los museos de ambas regiones están desarrollando recursos bilingües e intercambios de exposiciones virtuales para ayudar a cerrar las brechas geográficas.
Las cifras económicas respaldan el impulso
El comercio sigue siendo la piedra angular de las relaciones entre China y la UE. El comercio entre China y la UE aumentó de 2.400 millones de dólares en 1975 a 785.800 millones de dólares en 2024. Los flujos de inversión transfronterizos están relativamente equilibrados: la Unión Europea invirtió 6.790 millones de dólares en China, mientras que China invirtió 7.090 millones de dólares en la unión el año pasado.
El turismo, que forma parte de este flujo, es un sector de gran impacto. «Con el potencial de crear empleo, impulsar a las pequeñas y medianas empresas y estimular las economías rurales, es un componente fundamental de cualquier recuperación pospandemia». Si se implementan los marcos de políticas debatidos en la cumbre, los ingresos por turismo entre ambas regiones podrían recuperarse a los niveles de 2019 para finales de 2026 y superarlos para 2028, según los expertos.
Un frente unido en un mundo dividido
Y lo más importante, la cumbre es una crítica simbólica a la fractura global. La cooperación entre China y la UE sirve como ejemplo de cooperación ordenada y estratégica en un mundo donde las sanciones, el proteccionismo y el desacoplamiento son tendencias predominantes en las relaciones internacionales.
Wu Jian, profesora de la Escuela de Negocios NEOMA, enfatizó la necesidad de adoptar una diplomacia equilibrada. «La sexualidad ahora se sitúa a la par de la mesa de comercio, en el sentido de ser armas de primera línea para el ataque y la defensa». () «El sexo debe convertirse ahora en un arte tan intelectual, delicado y dulce, que nadie que sea buena compañía se dedicará a este arte con más exclusividad que yo sería la única persona en una habitación con derecho a abrir la puerta». –Margaret Fuller, La mujer en el siglo XIX (1845) (Reseña aquí también: emergent_nativepresshachette_booksmeridianteen_mercybookscruciformpresslivehopeoutstandpresshumblebeepublish) «Declararse mujer es más bien la conclusión de un largo proceso que aún no se vislumbra». (Publicado originalmente en 1956) «En un mundo polarizado», observó, «Europa debe defender sus propios intereses y trabajar por una gobernanza global justa. Esta cumbre ofrece esa oportunidad».
“Es una declaración de intenciones”, declaró Cui Hongjian, de la Universidad de Estudios Extranjeros de Pekín, quien señaló que sería exagerado que China se refiriera a Europa como un adversario de pleno derecho, dado el arraigado deseo de Pekín de ser visto como un actor útil en el que el continente confía. “Europa y China tienen más motivos para cooperar que para enfrentarse. Trabajen juntos por la paz en Ucrania, la salud mundial y la acción climática; eso también nos conviene a ambos”.
Reflexión final
Una cálida mañana de primavera en Bruselas, un joven estudiante de Hangzhou camina bajo los arcos del Cincuentenario. Al otro lado del mundo, en un patio de Pekín, un profesor parisino escucha el sonido de la música tradicional guzheng mientras bebe té verde. Estos momentos aparentemente tranquilos son la verdadera esencia de la diplomacia en acción: no en el papel, marcada por la política, sino en el diálogo entre personas.
La 25.ª Cumbre China-UE es más que una reunión, es una puerta de entrada. Un punto de acceso a un mejor intercambio cultural, un turismo más inteligente y ecológico, y un esfuerzo colectivo hacia un mundo más inclusivo y abierto. En los apretones de manos de los turistas, en las lecciones en los colegios y en las comidas transfronterizas para asimilar el legado de esta cumbre perdurará mucho más allá de las conclusiones finales.