Todo empezó con la confesión de una figura prometedora del conservador Partido Popular español: su currículum no era todo lo que parecía. El mes pasado, Noelia Núñez, de 33 años y miembro del comité directivo del PP, se vio obligada a admitir que, de hecho, nunca había completado su doble grado en Derecho y Administración Pública. Se disculpó y dimitió, una decisión poco común en el país.
Desde entonces, sin embargo, el arrepentimiento de Núñez parece haber desencadenado una tendencia, con una oleada de mea culpas por parte de políticos de diversos partidos que se apresuran a revisar, a la baja, sus logros educativos. Algunos incluso han dimitido, emulando a Núñez, quien dijo: «Pido disculpas a quien se sienta decepcionado, pero también creo que no basta con pedir disculpas».
Esta semana, Ana Millán, una figura de alto rango del gobierno regional de Madrid controlado por el PP, se convirtió en la última en admitir que había errores en su CV oficial, degradando una licenciatura en ciencias políticas a una diplomatura en administración pública.
Ignacio Higuera, miembro del partido de ultraderecha Vox en la Junta de Extremadura, tuvo que retractarse de su afirmación de poseer un título en Marketing cuando surgieron informes de que la universidad en cuestión no lo había impartido en ese momento. Ha dimitido.
José María Ángel, miembro del Partido Socialista que supervisa los esfuerzos de recuperación tras las desastrosas inundaciones en Valencia el pasado octubre que dejaron 220 muertos, también dimitió después de que se alegara que había falsificado un título para conseguir un trabajo en la función pública.
También en Valencia, el Partido Socialista tuvo que rectificar el currículum de Pilar Bernabé, delegada autonómica del Gobierno, para reflejar que nunca había terminado las carreras de lingüística española y comunicación audiovisual.
A Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, liderada por el PP, se le ha pedido que explique las aparentes vicisitudes de su currículum, que en el año 2000 indicaba ser licenciado en Administración y Dirección de Empresas. El título se modificó en 2004 a «estudios en Administración y Dirección de Empresas», antes de ser actualizado en 2008 a un máster en la misma materia.
Pedro Rollán, presidente del Senado y también miembro del PP, tuvo que retirar de su currículum un diploma y un máster en Marketing después de que un programa de televisión informara de que la universidad donde estudió no expedía títulos.
Uno de los casos más sensacionales, sin embargo, es anterior al afán de esclarecimiento de este verano. Cristina Cifuentes, entonces presidenta del PP de la Comunidad de Madrid, fue acusada en 2018 de ostentar un máster en Dirección de Empresas por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid sin haber asistido a clase ni escrito una tesis.
Cuando Cifuentes presentó un certificado para respaldar su afirmación, dos de las tres personas cuyos nombres aparecían en él afirmaron que sus firmas habían sido falsificadas. Su caída fue total cuando las imágenes de las cámaras de seguridad mostraron que un detective de la tienda la revisaba en su bolso tras presuntamente robar dos frascos de crema facial .