México toma medidas enérgicas contra los cárteles de la droga bajo presión de Donald Trump

En la penumbra de una habitación vacía, Manuel se mueve inquieto. En su mano lleva 25 pastillas azules —fentanilo, dice—, la droga que las autoridades mexicanas están buscando.

Podría ir a la cárcel si lo pillan con uno solo. “No quiero saber qué pasará”, dice nervioso.

Manuel —no es su verdadero nombre— está vinculado al cártel de Sinaloa, uno de los traficantes de fentanilo más notorios del mundo, un opioide sintético mortal 50 veces más potente que la heroína.

Durante la última década, el cártel ha estado produciendo enormes cantidades de droga para contrabandearlas a Estados Unidos, alimentando una epidemia de opioides que mata a decenas de miles de estadounidenses cada año.

Pero últimamente, ese negocio ha estado bajo presión, dice Manuel.

Desde que Donald Trump regresó a la presidencia de Estados Unidos el año pasado, ha estado presionando al gobierno mexicano para que detenga el flujo de fentanilo a través de la frontera, obligando a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, a lanzar una de las mayores medidas represivas contra los cárteles de la droga del país en la historia reciente.

En poco menos de un año desde que fue elegida, las autoridades mexicanas afirman haber desmantelado más de 750 laboratorios clandestinos de drogas, arrestado a docenas de jefes de cárteles y confiscado cantidades masivas de fentanilo.

En febrero, bajo la amenaza de aranceles paralizantes por parte de la nueva administración Trump, Sheinbaum acordó enviar 10.000 soldados de la Guardia Nacional mexicana para reforzar la frontera entre Estados Unidos y México para “prevenir el tráfico de drogas, particularmente el fentanilo”.

Hay mucha vigilancia, mucha intervención gubernamental, ¿no? Tanto en Estados Unidos como aquí en México, y están trabajando juntos. Y sí, hay miedo, dice Manuel.

Quiero decir, está completamente paralizado por las leyes que Trump está implementando. La gente tiene miedo, ¿sabes?

La droga en el centro de las tensiones entre Estados Unidos y México
Para los cárteles de México, el fentanilo ha demostrado ser un producto milagroso: barato de producir y fácil de contrabandear.

A diferencia de los opioides de origen vegetal, como la heroína, el fentanilo no requiere grandes parcelas de tierra de cultivo ni equipos de trabajadores para cultivar un cultivo.

Los precursores químicos para su elaboración pueden pedirse por correo desde China, y en un paquete pequeño llegan cantidades suficientes para fabricar pastillas en cantidades comerciales.

Los químicos de los cárteles pueden cocinar la droga en laboratorios improvisados en cocinas domésticas con muy poco equipamiento especializado.

El producto resultante es extremadamente potente: incluso una sola pastilla de fentanilo puede matar.

Según la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA), sólo 2 miligramos de la droga (aproximadamente el tamaño de la punta de un lápiz) pueden ser fatales, y se ha descubierto que algunas pastillas contienen más del doble de esa dosis letal.