Meta acaba de hacer estallar un plan de la Unión Europea para dominar los modelos de inteligencia artificial.
El gigante tecnológico fue el viernes la primera gran empresa tecnológica en decir que no firmará el código de prácticas de la UE para la IA de propósito general.
En un comentario del viernes, el director de asuntos globales de Meta, Joel Kaplan, dijo que el código “introduce una serie de incertidumbres legales para los desarrolladores de modelos, así como medidas que van mucho más allá del alcance de la Ley de IA”.
El código de prácticas, objeto de una intensa presión política, se publicó la semana pasada y constituye el último paso de la Comisión Europea para limitar los riesgos que plantean modelos de IA como ChatGPT de OpenAI o Grok de X. Esto ocurre en un momento en que Grok está bajo presión por emitir comentarios que alaban a Hitler y otras respuestas perjudiciales.
En esencia, el código de prácticas de la UE es un intento de los funcionarios de lograr que las empresas de inteligencia artificial sigan las reglas del bloque sin tener que iniciar investigaciones completas.
Está diseñado para instruir a las empresas sobre cómo cumplir con la Ley de Inteligencia Artificial del bloque, una ley vinculante de la UE. Las empresas que decidan no adherirse se enfrentan a un escrutinio más riguroso por parte de la Comisión en la aplicación de la Ley de IA.
Pero el código ha enfrentado meses de feroz presión por parte de la industria tecnológica.
El viernes, Kaplan presentó una carta firmada por más de 40 de las principales empresas europeas a principios de julio, incluidas Bosch y SAP, que pedía a la Comisión que pausara la implementación de la Ley de IA.
Meta “comparte las preocupaciones planteadas por estas empresas de que esta extralimitación frenará el desarrollo y la implementación de modelos de IA de vanguardia en Europa y obstaculizará a las empresas europeas que buscan construir negocios sobre ellos”, dijo Kaplan.
En febrero, Google también emitió una dura advertencia de que la ley de IA del bloque corre el riesgo de perjudicar la innovación y el crecimiento europeos, calificando el código de prácticas como un “paso en la dirección equivocada”.
La Comisión, mientras tanto, ha defendido la iniciativa a lo largo de su redacción.
Las empresas que se adhieran a las normas “se beneficiarán de una mayor seguridad jurídica y una carga administrativa reducida”, dijo el portavoz de la Comisión, Thomas Regnier, cuando se presentó el código la semana pasada.
En respuesta al anuncio de Meta del viernes, Regnier dijo en un comunicado que el código es una “herramienta voluntaria, pero un punto de referencia sólido” y que las empresas que elijan “cumplir a través de otros medios pueden estar expuestas a un mayor escrutinio regulatorio por parte de la Oficina de IA”.
La empresa francesa de inteligencia artificial Mistral fue la primera en anunciar el jueves que firmará el acuerdo. OpenAI también se ha comprometido a hacerlo.