Un equipo de investigadores de California saltó a la fama el año pasado con un experimento abortado en un portaaviones retirado que buscaba probar una máquina para crear nubes.
Pero tras bastidores, estaban planeando un estudio mucho más grande y potencialmente más riesgoso sobre equipos de pulverización de agua salada que eventualmente podrían usarse para atenuar los rayos del sol: un proyecto multimillonario destinado a producir nubes sobre un tramo de océano más grande que Puerto Rico.
Los detalles descritos en las solicitudes de financiamiento, correos electrónicos, mensajes de texto y otros registros obtenidos por E&E News de POLITICO plantean nuevas preguntas sobre una iniciativa secreta respaldada por multimillonarios que supervisó el breve experimento de geoingeniería solar del año pasado en la Bahía de San Francisco.
También ofrecen una visión excepcional del amplio alcance de la investigación destinada a encontrar maneras de contrarrestar el calentamiento global, un trabajo que a menudo se ha realizado a escondidas del público. Esta investigación está generando un creciente interés en un momento en que los esfuerzos para abordar la causa raíz del cambio climático —la quema de combustibles fósiles— enfrentan reveses en Estados Unidos y Europa. Sin embargo, la idea de que los humanos alteren el clima y el tiempo ha generado una reacción política negativa y teorías conspirativas, lo que agrava los desafíos de realizar incluso pruebas a pequeña escala.
El experimento del año pasado, dirigido por la Universidad de Washington y que estaba previsto que durara meses, duró unos 20 minutos antes de ser interrumpido por los funcionarios de la ciudad de Alameda, quienes objetaron que nadie les había informado al respecto de antemano.
Esa prueba inicial solo pretendía ser una precuela. Incluso antes de comenzar, los investigadores ya conversaban con donantes y consultores sobre la posibilidad de realizar una prueba de creación de nubes de 9.900 kilómetros cuadrados frente a las costas occidentales de Norteamérica, Chile o el centro-sur de África, según más de 400 documentos internos obtenidos por E&E News mediante una solicitud de acceso a registros públicos a la Universidad de Washington.
“A tales escalas, los cambios significativos en las nubes serán fácilmente detectables desde el espacio”, afirmaba un plan de investigación para 2023 del Programa de Brillo de Nubes Marinas de la universidad. El experimento masivo habría dependido de la finalización exitosa de la prueba piloto frustrada en la cubierta del portaaviones en Alameda, según el plan. Los registros no ofrecen ninguna indicación de si los investigadores o sus multimillonarios patrocinadores han abandonado el proyecto más amplio.
Antes del revés en Alameda, el equipo había recibido algunos fondos federales y esperaba tener acceso a barcos y aviones del gobierno, según muestran los documentos.