La ONU condena el ataque mortal contra fieles en la República Democrática del Congo

Elementos de las ADF, un grupo insurgente afiliado al Estado Islámico que se originó en la vecina Uganda, llevaron a cabo el ataque en la ciudad de Komanda, territorio de Irumu, provincia de Ituri.

Al menos 49 civiles murieron, incluidos nueve niños. Varias personas resultaron heridas y fueron secuestradas, y se incendiaron comercios y viviendas.

La mayoría de las víctimas eran, según se informa, fieles asesinados con armas blancas durante una vigilia nocturna en una iglesia.

El incidente se produce después de que los ataques de las ADF a principios de mes mataran a 82 civiles en las provincias de Ituri y Kivu del Norte, que la MONUSCO condenó el 23 de julio.

El grupo ha cometido graves violaciones de los derechos humanos contra civiles desde su fundación en 1995 y ha estado bajo sanciones de la ONU desde junio de 2014.

La MONUSCO expresó “profunda indignación por estos atroces actos de violencia, que constituyen graves violaciones del derecho internacional humanitario y violaciones de los derechos humanos”.

La misión de mantenimiento de la paz también expresó sus condolencias a las familias afectadas, instó a las autoridades congoleñas a investigar estos asesinatos y reiteró el llamamiento del Secretario General de las Naciones Unidas a todos los grupos armados extranjeros para que depongan las armas incondicionalmente y regresen a sus países de origen.

“Estos ataques selectivos contra civiles indefensos, en particular en lugares de culto, no sólo son atroces, sino que también violan todas las normas de derechos humanos y el derecho internacional humanitario”, dijo Vivian van de Perre, Representante Especial Adjunta del Secretario General de las Naciones Unidas para la Protección y las Operaciones y Jefa interina de la MONUSCO.

Añadió que la misión “seguirá trabajando incansablemente junto a las autoridades congoleñas para proteger a la población de conformidad con su mandato”.

Respuesta sobre el terreno
La MONUSCO está apoyando a las autoridades locales en su respuesta organizando entierros y proporcionando atención médica a los heridos.

La misión de mantenimiento de la paz también está intensificando los esfuerzos de seguridad en la ciudad de Komanda y sus alrededores.

La misión se ha comprometido a trabajar con las autoridades y las comunidades congoleñas “para ayudar a prevenir futuros ataques, proteger a los civiles, reducir las tensiones y contribuir a la estabilización de las zonas afectadas por la violencia armada”.