¿Está el cultivo del aguacate secando un popular río en la Serranía de Ronda?

Los ecologistas advierten de que la expansión de los cultivos tropicales en la zona ha reducido el caudal a niveles críticos, mientras que la Junta de Andalucía asegura que “la masa de agua está en buen estado” y no prevé declarar el río como sobreexplotado.

El río Genal, uno de los enclaves naturales más emblemáticos de la Serranía de Ronda, se encuentra en una situación crítica que amenaza su propia supervivencia, según la asociación ambiental Verdemar EA. El grupo ha presentado una denuncia formal ante la Junta de Andalucía solicitando que el acuífero que alimenta el río se declare oficialmente sobreexplotado, alegando que la extracción masiva de agua subterránea para regar cultivos tropicales de secano, principalmente aguacates, está reduciendo el caudal a niveles alarmantes.

Estos ambientalistas advierten que el Genal está desapareciendo en varios tramos y que ya no abastece de agua al río Guadiaro, una confluencia histórica de ríos que luego desembocan en el Mediterráneo. «Nos duele ver cómo el río ha dejado de seguir su cauce natural. En algunos puntos, el agua incluso fluye en sentido contrario en un intento de rellenar el acuífero sobreexplotado», denuncia Verdemar.

La organización también critica la falta de control y vigilancia por parte de la Junta de Andalucía, afirmando que «hace más de un año que se anunció una inspección de pozos ilegales y todo sigue igual o peor». Según los cálculos de Verdemar, las plantaciones de aguacate y otras frutas tropicales superan ya las 500 hectáreas en el curso bajo del río Genal, con una demanda adicional de agua que supera los 600 litros por segundo, «el equivalente al consumo anual de 50.000 personas».

Este modelo, insiste Verdemar, no solo amenaza el ecosistema, sino también la agricultura tradicional, que depende de un caudal hídrico estable. «Si continuamos a este ritmo, las antiguas huertas de la zona desaparecerán y la economía local quedará en manos de una agricultura intensiva insostenible». La reducción del caudal también afecta al río Guadiaro y sus afluentes, poniendo en peligro los hábitats naturales incluidos en la red de áreas protegidas Natura 2000, financiada por la UE, y alterando la biodiversidad de toda la zona.

Ante esta situación, Verdemar exige medidas urgentes: la declaración de sobreexplotación del acuífero, la suspensión de nuevas licencias para cultivos tropicales y un plan de recuperación para restaurar el caudal ecológico. «El río Genal siempre ha sido un pulmón verde y un tesoro hídrico para esta zona. Si lo dejamos morir, perderemos mucho más que un río».

“Buena condición”
SUR solicitó la opinión de la Junta de Andalucía. El gobierno regional sostiene que la masa de agua superficial correspondiente al tramo del Bajo Guadiaro de este río se encuentra en buen estado ecológico y químico, por lo que no se prevé actualmente una declaración de sobreexplotación. Esto se establece en el Plan Hidrológico de la Junta para las Cuencas Mediterráneas de Andalucía (2022-2027), aprobado por el Real Decreto 689/2023.

En cuanto a las actividades de seguimiento, la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural recuerda que aprueba anualmente los planes de inspección del uso del agua en todas las cuencas hidrográficas de Andalucía. En este marco, el 8 de agosto de 2024 se llevó a cabo una operación conjunta en la zona de regadío del río Guadiaro, que incluía la confluencia con el Genal y las fincas afectadas de Casares (Málaga), Jimena de la Frontera y San Martín del Tesorillo (Cádiz).

Estas inspecciones, que se llevan a cabo en colaboración con la Policía Nacional adscrita a la Junta y la guardería fluvial, tienen como objetivo recopilar datos y mediciones para la adopción de medidas posteriores. «Trabajamos para garantizar el uso eficiente de los recursos hídricos, compatibilizando la agricultura de regadío, pilar económico de la zona, con la protección de las masas de agua superficiales y subterráneas», declaró un portavoz de la Junta.

Respecto a la compatibilidad entre cultivos y conservación, la Junta insiste en que todas las explotaciones agrarias deben cumplir la planificación hidrológica y subraya que se seguirán realizando inspecciones para detectar y abordar cualquier posible uso irregular de este recurso natural vital.