La Embajada de la India en Tailandia emitió el viernes una alerta instando a los ciudadanos indios a mantenerse alerta y evitar viajar a ciertas zonas ante la creciente violencia en la frontera entre Tailandia y Camboya. Esta alerta se produce tras la fuerte intensificación de los enfrentamientos armados en zonas disputadas desde hace tiempo, donde la tensión se ha mantenido latente durante meses.
“En vista de la situación cerca de la frontera entre Tailandia y Camboya, se recomienda a todos los viajeros indios a Tailandia que consulten las actualizaciones de las fuentes oficiales tailandesas, incluida la sala de prensa de TAT”, dijo la embajada en un comunicado.
Las autoridades tailandesas han cerrado a los turistas más de 20 lugares en varias provincias, incluidas Ubon Ratchathani, Surin, Sisaket, Buriram, Sa Kaeo, Chanthaburi y Trat.
El primer ministro interino de Tailandia, Phumtham Wechayachai, emitió una severa advertencia y dijo a los periodistas que la situación había empeorado mucho.
Según India Today, «La situación actual implica actos de intrusión y agresión que perjudican la vida de la población. La situación se ha intensificado y podría derivar en una guerra. Actualmente, se trata de un enfrentamiento con armas pesadas», declaró el Primer Ministro.
En Bangkok, el ministro de Salud Pública, Somsak Thepsuthin, confirmó 14 muertes, incluidos 13 civiles y un soldado, además de 46 heridos.
El Economic Times informa que condenó lo que describió como ataques camboyanos contra civiles y un hospital: “Instamos al gobierno camboyano a detener de inmediato estas acciones criminales de guerra y volver a respetar los principios de coexistencia pacífica”.
El ejército tailandés afirmó que las fuerzas camboyanas emplearon artillería pesada y lanzacohetes BM-21 de fabricación rusa, lo que provocó lo que describió como “fuego de apoyo apropiado” en represalia. El ejército tailandés confirmó el despliegue de aviones F-16 el jueves.
Este último enfrentamiento se produjo apenas horas después de que ambos países rebajaran sus relaciones diplomáticas tras la explosión de una mina terrestre que hirió a tropas tailandesas.