La vitamina D, conocida como la “vitamina del sol”, cumple dos funciones esenciales para la salud humana: el desarrollo óseo y el fortalecimiento del sistema inmunitario. Sin embargo, incluso en un país tropical como la India, la deficiencia de vitamina D es extremadamente común debido a factores como la mala alimentación, la escasa exposición al sol y la permanencia en interiores. Si bien existen pastillas para la deficiencia, los médicos a veces administran inyecciones de vitamina D a pacientes con niveles extremadamente bajos, ya que estas entran directamente en el torrente sanguíneo. Sin embargo, ¿sabía que estas inyecciones pueden tener efectos secundarios graves, como la obstrucción de las arterias? Analicémoslo.
¿Qué son las inyecciones de vitamina D?
Los médicos administran inyecciones de vitamina D3 a pacientes que necesitan una terapia fuerte con vitamina D porque sus niveles son extremadamente bajos o su cuerpo no absorbe la vitamina a través de los alimentos o las pastillas. La alta dosis de vitamina D3 inyectada en los músculos lleva el tratamiento directamente al torrente sanguíneo, lo que acelera la corrección de la deficiencia. Esto ocurre en condiciones donde hay poca exposición al sol o deficiencia en la dieta.
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Efectos secundarios comunes de las inyecciones de vitamina D
La mayoría de las personas no experimentan problemas con las inyecciones de vitamina D, aunque existen posibles efectos secundarios:
El efecto secundario más común es el dolor o la hinchazón que se desarrolla en el lugar de la inyección y que desaparece en varias horas o días.
La zona puede hematomas cuando las personas reciben múltiples inyecciones, lo que genera molestias en el lugar de la inyección.
Algunas personas pueden experimentar náuseas y vómitos cuando la acumulación de vitamina D supera los niveles seguros. Cuando se experimentan niveles excesivos de vitamina D, es frecuente que se presenten vómitos y náuseas estomacales.
Los síntomas de dolor de cabeza y mareos tienden a ser leves, pero pueden volverse molestos si persisten durante un período prolongado.
Algunas personas desarrollan estreñimiento, mientras que otras experimentan un sabor metálico seco en la boca.
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El consumo excesivo de vitamina D provoca una disminución del hambre y una consiguiente reducción de peso y debilidad muscular en el cuerpo.
Algunas personas experimentan variaciones de humor y confusión mental, junto con dificultades cognitivas.
En raras ocasiones, la administración de dosis altas puede provocar alteraciones del ritmo cardíaco, que producen latidos cardíacos rápidos, lentos o irregulares.
Cuando los niveles de vitamina D se vuelven excesivos en la sangre, esto provoca un aumento de la sed y una micción más frecuente.
El consumo excesivo de vitamina D a lo largo del tiempo puede crear niveles peligrosos de calcio, que dañan los riñones y producen cálculos renales.
Antes de tomar cualquier suplementación es importante hablar con un médico.
Los graves riesgos para la salud derivados de la toxicidad de la vitamina D
Las personas que reciben inyecciones frecuentes o grandes de vitamina D tienen un mayor riesgo de desarrollar toxicidad por vitamina D, ya que sus niveles se vuelven excesivamente altos. La afección médica conocida como toxicidad por vitamina D o “hipervitaminosis D” se desarrolla cuando el cuerpo recibe cantidades excesivas de esta vitamina. Durante esta afección, se presentan los siguientes signos: