El expresidente encabezó una reunión de la Asociación Nacional de Abogados compuesta por abogados y jueces negros.
CHICAGO — El expresidente Joe Biden expresó su alarma el jueves por los ataques al estado de derecho y las amenazas a los derechos civiles bajo el gobierno del presidente Donald Trump en algunas de sus críticas más directas sobre la nueva administración desde que dejó el cargo.
Biden, hablando ante la Asociación Nacional de Abogados en Chicago, no mencionó a Trump por su nombre, pero su objetivo estaba claro durante unos comentarios que solo duraron unos 20 minutos.
“No se puede edulcorar. Son días oscuros”, dijo Biden ante la multitud de casi 1.100 miembros de la organización legal, predominantemente negra.
Sus comentarios reflejaron, al menos en el tono, algunos de sus comentarios anteriores sobre Trump, retratándolo como una amenaza para la democracia y el estado de derecho.
“Nos encontramos, en mi opinión, en un momento así de la historia estadounidense, reflejado en cada cruel medida ejecutiva, cada retroceso de las libertades básicas, cada erosión de un precedente establecido desde hace mucho tiempo”, dijo.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
Biden también criticó a la administración por intentar “borrar la verdad” y culpó al Congreso por “quedarse al margen” y no controlar la autoridad del poder ejecutivo.
“Amigos míos, debemos afrontar la dura realidad de esta administración, y que ha sido para socavar todos los logros que hemos logrado durante mi administración”, continuó Biden. “Para borrar la historia en lugar de crearla. Para borrar la equidad, la igualdad, para borrar la justicia misma. Y eso no es una hipérbole. Es un hecho”.
Calificó a la administración de “cruel” y señaló que “los inmigrantes que están en este país legalmente… son llevados a rastras y esposados”. Y criticó los ataques de la administración a bufetes de abogados y empresas de medios de comunicación.
Los comentarios de Biden fueron más que una simple pose política. Fueron también una mezcla de memorias y lecciones de historia. Como es habitual en él, entrelazó anécdotas de su pasado: su temprana cercanía con la comunidad negra en Wilmington, Delaware, su época como joven defensor público tras los disturbios de 1968 y el legado de los mentores que lo formaron.
Invocó el asesinato del Dr. Martin Luther King, diciendo: «No solo vi el dolor. Lo sentí». Y elogió al expresidente Lyndon Johnson por firmar la Ley de Derechos Civiles.