El presidente Donald Trump dijo el viernes que Hamás “no quería llegar a un acuerdo” y “quieren morir”, afirmando que el grupo quiere retener a los rehenes para mantener su influencia negociadora.
Los comentarios se produjeron un día después de que Estados Unidos se retirara de las conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamás y mientras los aliados estadounidenses ponían cada vez más presión sobre Israel para que abandonara una campaña en Gaza que está causando una hambruna generalizada.
“Fue una lástima, Hamás no quería llegar a un acuerdo. Creo que quieren morir y es muy, muy malo”, declaró Trump a la prensa a las afueras de la Casa Blanca. Añadió: “Llegó un punto en el que tendrán que terminar el trabajo”, en aparente referencia a la continuación de la ofensiva militar de Israel contra el grupo.
“Nos quedan los últimos rehenes, y básicamente por eso realmente no querían llegar a un acuerdo”, dijo Trump.
El enviado especial Steve Witkoff dijo el jueves que Estados Unidos se había retirado de las conversaciones con Hamás porque el grupo designado como terrorista por Estados Unidos, que acababa de presentar su última respuesta a una propuesta de alto el fuego, no estaba negociando de “buena fe”.
A medida que esas conversaciones se deterioraban, la presión contra Israel aumentó esta semana por parte de algunos de los aliados más cercanos de Estados Unidos. El presidente francés, Emmanuel Macron, declaró el jueves que Francia se convertiría en el primer país del G7 en reconocer un Estado palestino. Y el primer ministro australiano, Anthony Albanese, declaró el jueves: «La situación en Gaza ha superado los peores temores del mundo».
A principios de esta semana, un funcionario del Programa Mundial de Alimentos de la ONU afirmó que aproximadamente una cuarta parte de la población de Gaza se enfrenta a condiciones similares a la hambruna, y que casi 100.000 mujeres y niños sufren desnutrición aguda grave. El mes pasado, un informe conjunto con la ONU reveló que el 96 % de la población de Gaza se enfrenta a niveles críticos de inseguridad alimentaria aguda y que existe un alto riesgo de hambruna en toda la Franja de Gaza.
Cuando se le preguntó el viernes sobre el anuncio de Macron, Trump llamó al presidente francés “un muy buen tipo”, pero agregó que “lo que dice no importa” y que su “declaración no tiene ningún peso”.
Cuando se le preguntó si había hablado con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, sobre permitir el envío de ayuda extranjera a Gaza, Trump dijo que había llamado a Netanyahu, pero se negó a compartir detalles, más allá de calificarlo de “algo decepcionante”.
Según se informa, Israel ha dicho que permitirá una nueva ronda de envío de ayuda extranjera a Gaza en los próximos días.
Un funcionario estadounidense familiarizado con las conversaciones entre altos funcionarios afirmó que existe una creciente preocupación en la administración Trump por la crisis y que las autoridades están buscando la mejor manera de responder. Se le concedió el anonimato para poder hablar sobre deliberaciones internas delicadas.
La administración está molesta con los israelíes, pero también cree que otros actores no están libres de culpa, incluidas las Naciones Unidas, dijo el funcionario, argumentando que la ONU parece querer ganar una guerra de relaciones públicas.
“Pero Israel no puede permanecer indiferente ante la situación”, añadieron. “Necesitamos ayuda y no queremos que la situación empeore”.