El Gran Recall: una derrota para el PPD, pero aun así una victoria para la democracia de Taiwán

Veinticuatro legisladores del partido opositor Kuomintang fueron objeto de una campaña que reflejó la frustración pública por la obstrucción partidista, el estancamiento político y —más sutilmente— las preocupaciones sobre la influencia de Beijing.

Los referendos revocatorios no son nuevos en Taiwán, pero un evento de esta magnitud no tenía precedentes. Reflejó el creciente descontento público con un entorno político polarizado en el que los poderes legislativo y ejecutivo se enfrentan cada vez más.

De acuerdo con la Ley de Elección y Revocación de Funcionarios Públicos, una revocación solo tiene éxito si se cumplen dos criterios : el número de votos a favor debe ser mayor que el de los votos en contra, y el total de votos afirmativos debe alcanzar al menos una cuarta parte de todos los votantes registrados en el distrito.

Con 51 escaños, el Partido Democrático Progresista solo necesitaba seis revocatorias exitosas para potencialmente cambiar el equilibrio de poder en el Yuan Legislativo. Sin embargo, ningún legislador fue destituido . Las peticiones fracasaron, pero el mensaje político general sigue siendo importante para ambos partidos: la indignación pública es real y debe gestionarse con cautela.

Cómo llegamos aquí

Desde la elección del presidente Lai Ching-te (賴清德), el panorama político de Taiwán se ha visto profundamente fragmentado. El PPD ganó la presidencia, pero perdió su mayoría legislativa ante el KMT y su socio de coalición, el Partido Popular de Taiwán.

A pesar de haber ganado 14 y 3 escaños respectivamente en comparación con 2020, el KMT y el TPP rápidamente provocaron la ira pública con propuestas para ampliar los poderes legislativos y constitucionales , medidas que se percibían como un debilitamiento del sistema de pesos y contrapesos. Estas medidas provocaron una reacción masiva y dieron origen al Movimiento del Pájaro Azul , que exigió la retirada de los controvertidos proyectos de ley.

Además, la mayoría legislativa congeló o recortó 207.500 millones de dólares taiwaneses (6.300 millones de dólares estadounidenses) del presupuesto propuesto por Lai para 2025, lo que afectó a una amplia gama de iniciativas, como los programas de submarinos y drones . Los partidarios de la revocatoria acusaron a la oposición de socavar las instituciones democráticas y la seguridad nacional al obstruir la agenda del presidente. También surgieron iniciativas paralelas de revocatoria contra legisladores del PPD, pero todas fracasaron.

Posibles repercusiones

Debido al fracaso de los referendos revocatorios, no se podrán presentar más peticiones contra los mismos legisladores durante su mandato actual. Otro grupo de siete legisladores del KMT se enfrentará a referendos revocatorios el 23 de agosto, pero salvo una gran sorpresa, la oposición conservará su mayoría.

El KMT probablemente se sentirá envalentonado por los resultados. Aunque el PPD presentó las revocatorias como imparciales, lo que estaba en juego políticamente era evidente, y el hecho de que no se destituyera a ningún legislador constituye un revés. El secretario general del PPD, Lin Yu-chang (林右昌), ya dimitió , y el resultado debilita la posición del partido.

El mayor riesgo ahora es una polarización prolongada . La mayoría legislativa podría seguir obstruyendo la agenda del presidente Lai, prolongando un estancamiento que podría persistir hasta las elecciones de 2028. En el frágil contexto geopolítico de Taiwán, esta parálisis solo beneficia a los actores externos. Todas las partes deben reconocer que la unidad nacional y la funcionalidad política son primordiales.

Los costos estratégicos del fracaso también son elevados. El estancamiento dificulta la preparación para la defensa, incluyendo el objetivo de elevar el gasto en defensa por encima del 3% del PIB. Esto podría tensar las relaciones con Washington y el expresidente Trump, quien ha sugerido que Taiwán debería destinar el 10% de su PIB a defensa. Taipéi debe gestionar con cuidado su relación con Estados Unidos o se arriesga a un mayor aislamiento y vulnerabilidad.

Si bien el KMT insiste en apoyar el fortalecimiento de la defensa nacional, aunque por medios distintos a los del PPD, su reciente recorte de NT$3.500 millones (aproximadamente un 40%) al Ministerio de Asuntos Digitales, atribuido a un bajo rendimiento, genera serias dudas. En una era de crecientes ciberataques , el debilitamiento de la infraestructura digital de Taiwán plantea graves riesgos para su defensa nacional. El KMT debe proceder con cautela: su agenda legislativa podría tener consecuencias de gran alcance para la economía, la seguridad y la posición internacional de Taiwán.

El presidente Lai se encuentra posiblemente en su punto más débil desde que asumió el cargo. Recientemente sufrió otro revés cuando todos sus candidatos judiciales fueron rechazados . Al otro lado del Estrecho, Pekín probablemente observa con satisfacción.

Lecciones para todas las partes

Las afirmaciones del KMT de que el PPD pretendía instaurar una “dictadura unipartidista” mediante el proceso de destitución son absurdas y poco serias. Las destituciones son herramientas legales y democráticas. Aun así, el PPD debe reflexionar sobre cómo enmarcó la votación: como una batalla contra el KMT y el Partido Comunista Chino por la supervivencia de Taiwán. Esta narrativa no logró movilizar suficientes votantes y podría haber alejado a moderados e indecisos.

El KMT, por su parte, no debería malinterpretar los resultados como una luz verde para la obstrucción. Muchos votantes desaprobaron claramente la conducta de la legislatura. Con la llegada de 2028, el KMT no puede permitirse ser visto como el partido que estancó la gobernanza y bloqueó el progreso.

El KMT enfureció a un amplio sector de votantes con sus mensajes inconsistentes, sus tácticas legislativas y sus persistentes vínculos económicos con Beijing.

El Movimiento Bluebird, liderado en parte por estudiantes, reveló una generación profundamente comprometida con los valores democráticos y la transparencia política. Estos ciudadanos exigirán cuentas a todos los partidos, especialmente en asuntos delicados a través del Estrecho.

El 23 de agosto, otros siete legisladores del KMT se enfrentarán a elecciones revocatorias. Si bien es improbable que haya grandes sorpresas, el desafío más amplio persiste: Taiwán debe encontrar una salida a la fragmentación política. Para la resiliencia democrática, la cooperación entre el ejecutivo y el legislativo es esencial. Solo mediante este compromiso Taiwán podrá superar el estancamiento y seguir fortaleciendo sus instituciones democráticas.

La sociedad civil de Taiwán ha demostrado una vez más su fuerza. Es necesario escuchar esa voz. Tanto el PPD como el KMT harían bien en escucharla.