El descarrilamiento de las conversaciones para resolver la guerra de 21 meses entre Israel y Hamás es el último golpe para Trump, ya que varios de sus esfuerzos para negociar acuerdos para conflictos tensos y amenazas globales complejas se han estancado.
Aunque el presidente republicano solo lleva seis meses en el cargo, ha buscado ser reconocido como un pacificador. En algunos casos, se ha fijado metas ambiciosas que no se han cumplido, como la promesa de poner fin a la guerra aún en curso en Ucrania antes de asumir el cargo.
Trump ha declarado que busca acuerdos para detener la destrucción y la pérdida de vidas. Pero también ha sido franco sobre su ambición de ganar el Premio Nobel de la Paz, lo que ha llevado a algunos de quienes buscan congraciarse con Trump a nominarlo para el prestigioso reconocimiento.
He aquí un vistazo a la situación de algunos de los esfuerzos de Trump para alcanzar acuerdos de paz y seguridad.
LA HISTORIA DE FONDO: El enviado especial de Trump, Steve Witkoff, declaró el jueves que Estados Unidos traería a casa a su equipo negociador desde Qatar, donde se estaban llevando a cabo las conversaciones, para evaluar los próximos pasos. Witkoff explicó que la medida se tomó porque Hamás no mostraba buena fe para alcanzar un alto el fuego, pero los funcionarios estadounidenses no ofrecieron detalles.
No se han producido avances importantes a pesar de las semanas de conversaciones en Catar, junto con una visita a la Casa Blanca a principios de mes del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Witkoff afirmó que Estados Unidos “consideraría alternativas para traer a los rehenes a casa”, pero los funcionarios estadounidenses no respondieron a preguntas sobre cuáles podrían incluir esas opciones.
Cuando se le preguntó sobre los próximos pasos el viernes, Trump dijo a los periodistas que Hamás no quería llegar a un acuerdo y dijo: “Creo que lo que va a pasar es que serán perseguidos”.