Después de que en 2000 se descubriera un cartel de propaganda olvidado de la Segunda Guerra Mundial, encontró una resonancia sorprendente en la Gran Bretaña del siglo XXI, convirtiéndose en un modelo infinitamente memeable, apreciado y ridiculizado a la vez.
En la primavera del año 2000, un cartel de propaganda británico olvidado de la Segunda Guerra Mundial fue redescubierto en una caja polvorienta en Barter Books, una librería de segunda mano ubicada en una antigua estación de tren victoriana en Alnick, Northumberland. El cartel rojo y su mensaje audaz y sencillo bajo una corona Tudor, «Mantén la calma y sigue adelante», resonarían en un mundo muy alejado de la Gran Bretaña de la guerra, desatando una tendencia de diseño viral y convirtiéndose en uno de los eslóganes culturales más reconocibles y reutilizados del siglo XXI.
El icónico cartel, diseñado por el ilustrador británico Ernest Wallcousins y del que se imprimieron unos 2,5 millones de ejemplares, se retuvo. Permaneció prácticamente oculto al público, ya que la mayoría de las copias fueron despulpadas en 1940 para ahorrar papel para la guerra. Unas pocas copias sobrevivieron, guardadas en archivos, incluyendo la que se encuentra en la caja de Barter Books.
Stuart y Mary Manley, dueños de Barter Books, quedaron fascinados con el póster. “Decidimos enmarcarlo y colgarlo en la librería. No teníamos ni idea de en qué se convertiría. Mary se resistía a la idea de imprimir copias, así que tuve que encargarlas en secreto. La popularidad de las copias pronto la hizo cambiar de opinión”, cuenta Stuart Manley a la BBC.
Durante los primeros años, la popularidad del póster se mantuvo puramente regional, limitada a los visitantes de las librerías. El auge comenzó cuando la periodista del Guardian, Susie Steiner, lo incluyó en un artículo de 2005 sobre sus 10 artículos de diseño favoritos. «Nuestro personal pasó el mes siguiente empaquetando pósteres enviados a todo el mundo», cuenta Manley.
Un fenómeno del siglo XXI
El cartel había reaparecido en un panorama radicalmente distinto al previsto, marcado por la creciente cultura de internet, la ironía y la ansiedad. Pero pronto encontró su lugar en el nuevo mundo, convirtiéndose en la máxima expresión del estoicismo británico y una plataforma para la parodia sin fin. «Creo que tuvo una repercusión tan poderosa porque encapsula a la perfección la memoria popular dominante de la guerra en la Gran Bretaña moderna: que fue el ‘mejor momento’ del país y una época en la que la gente ‘siguió adelante’ estoicamente contra lo que podría haber parecido una adversidad abrumadora», declara Lucy Noakes, profesora Rab Butler de Historia Moderna en la Universidad de Essex y presidenta de la Royal Historical Society, a la BBC.El cartel, encargado por el Ministerio de Información británico en 1939 como parte de una serie de tres partes para reforzar la moral pública ante la amenaza de guerra, nunca se publicó oficialmente y rara vez se exhibió. El Dr. Daniel Cowling, historiador principal del Museo Nacional del Ejército de Londres, afirma que el Ministerio de Información utilizó a menudo carteles, cine, radio, libros y panfletos para influir en la opinión pública durante la Segunda Guerra Mundial. Además del cartel “Mantén la calma”, había otros dos con los lemas “Tu coraje, tu alegría y tu determinación nos traerán la victoria” y “La libertad está en peligro. Defiéndela con todas tus fuerzas”.
En vísperas de la guerra, era ampliamente aceptado que los bombardeos provocarían un colapso rápido y completo de la sociedad, declara Cowling a la BBC. «Keep Calm and Carry On se diseñó como una respuesta específica tras la guerra. Jugaba con los estereotipos del estoicismo británico con la esperanza de restablecer el orden en medio del caos previsto».
Los otros dos carteles se pegaron en estaciones de tren, fábricas y escaparates, pero tuvieron una respuesta tibia. Las encuestas de Mass Observation sugirieron que la respuesta pública a la campaña más amplia de carteles “Publicidad en el Hogar” fue abrumadoramente negativa, afirma Cowling. Las ciudades y pueblos británicos sufrieron intensos bombardeos, pero no hubo desintegración social. “Más bien, muchos civiles respondieron con resiliencia y un espíritu de unidad. Por lo tanto, el cartel “Mantén la Calma” habría parecido bastante condescendiente a algunos civiles británicos”, explica.
Para 2007, las ventas del póster alcanzaron las 50.000 copias y su popularidad no ha disminuido desde entonces. Para 2009, Keep Calm and Carry On conectó con el ánimo nacional tras la crisis financiera de 2008. Su mensaje de calma estoica tranquilizó a algunos en medio de la turbulencia económica, y para muchos se convirtió en un símbolo de sobrellevar las dificultades con dignidad. Se dice que Gordon Brown, primer ministro del Reino Unido entre 2007 y 2010, exhibió una copia del póster en la pared de su oficina, mientras que celebridades como el DJ de radio Chris Evans, Rupert Grint y James May contribuyeron a popularizar el mensaje al lucirlo en camisetas. “Si bien el eslogan del cartel podría asociarse con el estoicismo británico y la rigidez, se podría argumentar que se trata más específicamente de una asociación visual con Inglaterra. Forma parte de una mitificación nacional del espíritu bélico que sigue moldeando gran parte de nuestra memoria e identidad cultural”, declara a la BBC Katy Parry, profesora de Medios y Comunicación en la Universidad de Leeds.
Impulsada por el alcance de internet, la frase cobró fuerza global y captó la atención de los medios internacionales. Hoy, el mensaje adorna innumerables camisetas, tazas, llaveros y paredes, incluso en Alemania. Desde su redescubrimiento, el póster y su texto se han convertido en un meme y se han reinventado sin cesar. Mantén la calma y bebe té. Mantén la calma y programa. Mantén la calma y come un pastelito.
Simplicidad de diseño
El eslogan también ha sido apropiado por los manifestantes, “subvirtiendo el mensaje propagandístico original adaptándolo a nuevas situaciones y nuevos desafíos sociales (“Mantén la calma y resiste”)”, dice Parry. “Esto demuestra cómo la familiaridad previa con una frase puede proporcionar una táctica abreviada para atraer la atención y, con suerte, transmitir el mensaje de forma memorable y, a menudo, humorística”.
La sencillez del cartel también ha contribuido a su resonancia. «La simplicidad del diseño es crucial para su adaptabilidad, con la corona en la parte superior y cinco grandes palabras, en tipografía sans serif blanca, sobre un fondo rojo. El rojo es un color potente y cautivador. Por eso se adapta a la cultura visual contemporánea, donde una amplia gama de mensajes mediáticos compiten por nuestra atención», explica Parry.