Hawái recurre a mosquitos y drones cultivados en laboratorio en una carrera para detener la extinción de sus icónicas aves mieleras.
En un esfuerzo de conservación de alta tecnología, drones han lanzado cápsulas biodegradables con mosquitos macho criados en laboratorio sobre los bosques de Hawái, en un intento por salvar a las aves nativas de la extinción. Cada cápsula contiene unos 1000 machos no picadores infectados con una bacteria que infertiliza los huevos de mosquitos silvestres.
El objetivo es combatir la malaria aviar, una enfermedad mortal transmitida por mosquitos invasores que ha devastado las poblaciones de mieleros hawaianos, muchos de los cuales se encuentran actualmente en peligro crítico de extinción. De más de 50 especies, solo quedan 17. Algunos, como el ‘akikiki’, ya están prácticamente extintos en estado silvestre.
El cambio climático agrava la crisis al impulsar a los mosquitos hacia zonas más elevadas, donde antes las aves nativas encontraban refugio. Los conservacionistas advierten que, sin intervención, la singular avifauna de Hawái podría desaparecer por completo.