La UE “tiene que conformarse básicamente con el dinero que tiene disponible”, afirma la canciller alemana.
BERLÍN — El canciller alemán, Friedrich Merz, echó el jueves un jarro de agua fría sobre dos de las propuestas de la Comisión Europea para crear nuevas fuentes de ingresos en el próximo presupuesto a largo plazo de la UE.
En su plan, presentado el miércoles, la Comisión propuso un impuesto de la UE a las empresas con alta facturación y un fondo de crisis de 400 000 millones de euros, que podría financiarse mediante préstamos conjuntos. El plan dio el pistoletazo de salida a lo que serán dos años de negociaciones entre el ejecutivo de la UE, las capitales nacionales y el Parlamento Europeo, que deben alcanzar un acuerdo antes de que se apruebe el plan de gasto.
“No se trata de que la Unión Europea grave a las empresas, ya que carece de base legal para ello”, declaró Merz durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro británico, Keir Starmer, en Londres. “Descarto la posibilidad de que Alemania siga este camino. No lo haremos”.
La UE también se está volviendo demasiado dependiente de la deuda conjunta , dijo la canciller, explicando que si bien era “permisible como excepción” durante la pandemia de Covid, la turbulencia se ha convertido en “la nueva normalidad” y ya no justifica ese tipo de deuda.
Alemania, que durante mucho tiempo se ha mostrado ferozmente resistente a los préstamos de la UE respaldados por los 27 gobiernos en conjunto (sobre todo porque significaría que Berlín acabaría pagando las deudas de países más dispuestos a gastar), dio marcha atrás en el punto álgido de la pandemia de la COVID-19 para permitir, de manera excepcional, financiar la recuperación económica.
Funcionarios de la Comisión sugirieron esta semana que el propuesto fondo permanente de crisis de la UE podría financiarse de la misma manera. Sin embargo, la renovada oposición de Alemania parece, una vez más, insuperable.
«La Unión Europea debe, básicamente, conformarse con el dinero que tiene disponible», declaró el líder conservador. «Por eso, habrá una lucha bastante dura durante los próximos dos años».
La Comisión propuso un presupuesto central de la UE de 1,816 billones de euros para el período de siete años a partir de 2028. Esa cifra representaría un aumento importante del poder adquisitivo de la UE en comparación con el presupuesto actual, que se aplica desde 2021.
Para financiar ese gasto, el ejecutivo comunitario presentó tres nuevos impuestos dirigidos a los residuos eléctricos, los productos del tabaco y las empresas de alta facturación para pagar la deuda post-Covid, cuyo coste se estima entre 25.000 y 30.000 millones de euros al año.
Pero Merz ha subrayado en repetidas ocasiones que, desde el punto de vista de Berlín, el gasto de la UE debe ser más eficiente en lugar de incrementar el total de efectivo.
Sin embargo, el líder de la mayor economía de la UE felicitó a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, por un aspecto de su propuesta presupuestaria.
“La propuesta que ahora está sobre la mesa es buena en un aspecto, a saber, que se reequilibrarán las proporciones entre los gastos individuales”, dijo en vista del mayor gasto en defensa.