Las farmacéuticas europeas critican los aranceles de Trump a los medicamentos, calificándolos de “instrumento contundente”.

La industria farmacéutica europea ha condenado la decisión de Estados Unidos de imponer aranceles del 15% a los medicamentos importados de la UE, calificando los impuestos de “instrumento contundente” que perjudicaría a los pacientes de ambas orillas del Atlántico.

Estaban respondiendo a un texto de la Casa Blanca sobre el acuerdo que infería que la tasa base del 15% sobre las importaciones de la UE también se aplicaría a los medicamentos si el acuerdo se implementa en el lado estadounidense el viernes como se esperaba.

“Como parte de la estrategia del presidente Trump para establecer un comercio equilibrado, la Unión Europea pagará a Estados Unidos una tasa arancelaria del 15%, incluso sobre automóviles y autopartes, productos farmacéuticos y semiconductores”, señala el texto.

La Federación Europea de Industrias Farmacéuticas (EFPIA) afirmó: “Los aranceles a los medicamentos son un instrumento contundente que perturbará las cadenas de suministro, afectará la inversión en investigación y desarrollo y, en última instancia, perjudicará el acceso de los pacientes a los medicamentos en ambos lados del Atlántico”.

La organización comercial representa a compañías farmacéuticas de todo el bloque, incluidas Bayer en Alemania, Novo Nordisk en Dinamarca y multinacionales estadounidenses con operaciones en Irlanda, como Pfizer y Johnson & Johnson.

La decisión de Estados Unidos de imponer derechos de importación a los productos farmacéuticos constituye una violación de un acuerdo de la Organización Mundial del Comercio de 1995 que establece que los medicamentos y los ingredientes activos que contienen están sujetos a arancel cero.

Un portavoz comercial de la UE dijo que las importaciones de productos farmacéuticos de EE. UU. a la UE seguirían libres de aranceles.

El texto de Washington también indicó que la UE había confirmado que no introduciría un impuesto tecnológico. Un portavoz de la UE afirmó que no era así y que el bloque conservaba el derecho soberano a legislar en el ámbito digital.

Trump declaró la guerra a las compañías farmacéuticas estadounidenses que fabricaban medicamentos para pacientes estadounidenses y obtenían ganancias de esas ventas en el extranjero.