Un general retirado dijo a la Corte Suprema de Brasil que redactó un documento planeando el asesinato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, como parte de un supuesto complot golpista por el cual el ex presidente Jair Bolsonaro también está siendo juzgado.
El general Mario Fernandes, exjefe interino de la Secretaría General de la Presidencia de Bolsonaro, confirmó en su testimonio del jueves que redactó e imprimió el documento, aunque lo describió como un “pensamiento” personal suyo.
El ultraderechista Bolsonaro está siendo juzgado por supuestamente planear un golpe de Estado para aferrarse al poder después de perder las elecciones de 2022 ante el izquierdista Lula da Silva.
La trama supuestamente incluía un plan, denominado “Daga Verde y Amarilla”, en referencia a los colores de la bandera de Brasil y del partido de Bolsonaro, para asesinar a Lula, según los fiscales.
“Ese archivo digital solo refleja un pensamiento mío, una recopilación de datos, un estudio de la situación”, dijo Fernandes vía videoconferencia durante los interrogatorios a una treintena de ex colaboradores de Bolsonaro que son juzgados junto al expresidente.
Fernandes dijo que imprimió el documento en la oficina presidencial de Planalto sólo para leerlo “en papel” y luego lo rompió.
“No fue presentado a nadie, no fue compartido por nadie”, añadió.
Sin embargo, los fiscales acusaron al militar retirado de llevar el plano a la residencia presidencial de Alvorada para “negociar” con Bolsonaro el 6 de diciembre de 2022.
Ese mismo día, Bolsonaro recibió un proyecto de decreto que contempla medidas excepcionales para anular los resultados electorales, según los investigadores.
El supuesto plan “Puñal Verde y Amarillo” debía ejecutarse el 15 de diciembre de 2022 y también planeaba matar al entonces vicepresidente electo Geraldo Alckmin y al juez de la Corte Suprema Alexandre de Moraes, quien actualmente preside el juicio a Bolsonaro.
El complot supuestamente fracasó debido a la falta de apoyo de los altos comandantes militares.
La semana pasada, la fiscalía solicitó la condena de Bolsonaro. De ser declarado culpable, el político de 70 años podría enfrentar hasta 40 años de prisión.