¿Dejaste una botella de agua de plástico en un coche caliente? Piénsalo dos veces antes de beberla.

Es pleno verano y, para muchos estadounidenses, eso significa coches calcinados y botellas de agua de plástico olvidadas rodando bajo los asientos.

Pero antes de probar uno de ellos, conviene pensarlo dos veces, dicen los expertos.

Las altas temperaturas y la exposición prolongada al sol pueden generar condiciones que provoquen la filtración química de las botellas de plástico y la proliferación de bacterias, especialmente si la botella ya ha sido abierta. Los expertos advierten que esta doble amenaza podría suponer un riesgo para la salud.

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“La combinación del crecimiento microbiano y la lixiviación química del plástico lo convierte en un arma de doble filo”, dijo el Dr. Paul Savage, experto en toxinas y director médico de MDLifespan en Chicago.

Muchas botellas de agua de plástico de un solo uso están hechas de un tipo de plástico llamado tereftalato de polietileno (PET).

Cuando las botellas que contienen PET permanecen expuestas al calor, las cadenas de polímeros del plástico pueden comenzar a descomponerse y provocar la liberación de diversos productos químicos, incluidas trazas de fenol, como el bisfenol A (BPA) y ftalatos, en el agua.

“Los fenoles y los ftalatos son disruptores endocrinos, lo que significa que interfieren con las hormonas naturales de nuestro cuerpo”, dijo Nicole Deziel, epidemióloga ambiental de la Escuela de Salud Pública de Yale.

Aunque la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha declarado que los niveles actuales de BPA y ftalatos utilizados en los envases de alimentos son seguros, muchas de estas sustancias ya han sido prohibidas o eliminadas voluntariamente.Los plásticos pueden comenzar a filtrar sustancias químicas cuando las temperaturas alcanzan los 85 grados.

Y el proceso se acelera significativamente a temperaturas más altas, especialmente por encima de los 100 grados, dijo Savage.

Incluso las botellas sin BPA pueden no ser una alternativa más segura.

Muchos de estos productos utilizan sustitutos químicos que, según Savage, son estructuralmente similares al BPA y pueden tener efectos disruptores endocrinos similares.

Estas alternativas no han sido estudiadas en profundidad, lo que deja a los científicos cautelosos.

Otra preocupación creciente es la presencia de microplásticos : pequeñas partículas de plástico que pueden desprenderse de la botella con el tiempo, especialmente con el calor.

Se ven manos de mujer abriendo de cerca una botella de agua en el asiento del conductor del automóvil

Estudios en animales han vinculado la exposición a microplásticos con inflamación, estrés celular y alteración hormonal, aunque el impacto total en la salud humana aún no está claro.

Las botellas de plástico reutilizadas después de abiertas, especialmente aquellas que se dejan en ambientes cálidos, también pueden convertirse en un caldo de cultivo para bacterias, incluidas E. coli y Staphylococcus aureus (infección por estafilococo), que se introducen a través de la boca, las manos o el aire.