¿Qué capa permanece? Restauración, identidad y diseño contemporáneo en España

El teórico André Corboz, conocido por sus contribuciones a la lectura crítica del territorio, propone que las ciudades se entiendan como un palimpsesto. Es decir, una superficie en constante reescritura, donde las huellas de las capas anteriores permanecen visibles incluso tras sucesivas intervenciones. Para él, la ciudad no es una entidad estática, sino un organismo en constante transformación, donde se superponen capas históricas, funcionales y simbólicas. Por ello, trabajar en proyectos de restauración o rehabilitación de edificios históricos es particularmente complejo, requiriendo una reflexión cuidadosa sobre el enfoque a adoptar: ¿deberían las ampliaciones y renovaciones buscar la coherencia total con el lenguaje original o afirmarse como expresiones arquitectónicas de su propia época?

España ofrece un terreno particularmente fértil para este tipo de reflexión. Con una historia marcada por sucesivas dominaciones y distintos periodos culturales —romanos, visigodos, musulmanes y cristianos—, sus ciudades se han convertido en verdaderos collages, donde la estratificación histórica se manifiesta en la arquitectura, el paisaje urbano y las formas de habitar. En los últimos años, una serie de proyectos españoles han destacado por su capacidad para interactuar con este legado, incorporando materiales locales y técnicas de construcción tradicionales a soluciones contemporáneas. Estos proyectos buscan respetar el carácter de sus contextos a la vez que proponen nuevas formas de expresión material, rescatando conocimientos y elementos constructivos arraigados en la cultura material de la región, e incorporando nuevas tecnologías y materiales.

Un ejemplo sensacional de este enfoque es la Casa Domus Atrio de González Morgado Arquitectura en Mérida. Mediante discretas carpinterías de aluminio, el proyecto renueva y actualiza la tipología de casa patio, reinterpretando materiales locales con un lenguaje contemporáneo. La fusión entre tradición y contemporaneidad se expresa tanto en el sistema constructivo como en la atmósfera espacial de los interiores.
A otra escala, el proyecto del edificio de oficinas Ómbu de Foster + Partners en Madrid demuestra cómo el patrimonio industrial puede reutilizarse responsablemente y cómo los nuevos materiales pueden revitalizarlo. La rehabilitación de una antigua nave industrial, con sistemas de sombreado y protección solar, equilibra la eficiencia energética y la preservación de la memoria arquitectónica, adaptando el espacio a las nuevas exigencias programáticas. El mismo producto se refleja en el proyecto Ciel de Gon Architects , donde la fachada actúa como mediadora entre el interior y el exterior, reinterpretando los ritmos y proporciones típicos de la arquitectura mediterránea con tecnología contemporánea. La posibilidad de controlar el sombreado mediante una sencilla corredera oculta junto a los marcos proporciona versatilidad, incluso en marcos poco comunes para los estándares actuales.

Otro caso emblemático es la torre de agua Rei Martí , rehabilitada por Archikubik en Barcelona. La estructura preexistente se reviste con una ligera piel cerámica del sistema Flexbrick, que renueva el uso del azulejo tradicional catalán, creando una nueva capa permeable y contextualizada, pero con el mismo tono que la estructura histórica.

En el proyecto del Centro Cultural Forges , diseñado por Firm Architects, el uso de madera contralaminada refuerza la idea de continuidad y ligereza estructural en un edificio que no oculta su contemporaneidad, pero que establece vínculos directos con la escala y materialidad del entorno a través de sus gruesos muros y textura de piedra.