Algunas personas que han padecido COVID-19 nunca se sienten del todo recuperadas, atrapadas en un misterio médico centrado en un sistema inmunitario debilitado. La COVID persistente aún no se comprende del todo, pero los científicos están acercándose a pistas cruciales al investigar un fenómeno similar en gatos.
Un nuevo estudio publicado en Stem Cells Translational Medicine explica cómo una enfermedad felina relativamente rara es casi como una versión felina de la COVID prolongada. Similar a las infecciones graves por coronavirus en humanos, la peritonitis infecciosa felina (PIF) desequilibra el sistema inmunitario de los gatos. Sin embargo, la terapia con células estromales mesenquimales ha demostrado ser prometedora para restaurar la función inmunitaria en gatos, lo que podría servir como modelo para la investigación de la COVID prolongada.
Una enfermedad felina grave
La PIF en gatos comienza como coronavirus felino, una infección viral común que infecta las células que recubren los intestinos del gato y provoca problemas estomacales leves. Sin embargo, una combinación de circunstancias genéticas y ambientales puede, en ocasiones, alterar el comportamiento del virus y causar una infección generalizada.
Esto se presenta en forma de PIF húmeda (donde se acumula líquido en el pecho o el vientre del gato) o de PIF seca (donde no se acumula líquido, pero la inflamación afecta los órganos). En ambos casos, la PIF provoca fiebre, problemas orgánicos y una disminución de células inmunitarias importantes. Afecta a alrededor del 2 % de los gatos y es particularmente común en gatos jóvenes en refugios.
Durante años, la PIF fue mayormente mortal en gatos, pero un agente antiviral llamado GS-441524 ha permitido curar a los gatos con esta enfermedad. El medicamento se desarrolló inicialmente en 2018 y finalmente estuvo disponible en EE. UU. en 2024.
Similitudes entre la PIF y la COVID prolongada
Los científicos aún no han podido estudiar en profundidad a los gatos después de recuperarse de la PIF, pero se han observado ganglios linfáticos agrandados en algunos de estos gatos, lo que indica que su sistema inmunológico continúa esforzándose demasiado, como si todavía hubiera una infección presente.
Lo mismo sucede en personas con COVID prolongada que experimentan disfunción inmunológica, activación persistente de células inmunes y producción de anticuerpos autoinmunes.
Los científicos no están completamente seguros de por qué quienes padecen COVID-19 persistente presentan problemas persistentes semanas, meses o incluso años después de contraer la COVID-19. Algunas teorías han intentado descifrar el misterio: podría ser que los antígenos virales y el ARN viral permanezcan en los tejidos del cuerpo, o que la COVID-19 despierte otros virus latentes en el organismo.
La terapia celular al rescate
Es posible revertir la disfunción inmunológica después de una infección viral con células estromales mesenquimales (MSC), que están presentes en casi todos los tejidos y pueden usarse en aplicaciones terapéuticas que modulan el sistema inmunológico.
“Incluso si se trata la infección con antivirales, el sistema inmunitario, a menudo, no recupera su estado normal ni se recupera a su nivel previo a la infección”, declaró el autor correspondiente, Amir Kol, profesor de la Facultad de Medicina Veterinaria de UC Davis . “Esto podría tener efectos duraderos en la salud, y este estudio demuestra que las MSC pueden ser beneficiosas”.
Los investigadores que participaron en el nuevo estudio probaron la terapia celular en gatos con ganglios linfáticos inflamados para evaluar la capacidad de recuperación de su sistema inmunitario. En un ensayo clínico, un grupo de gatos recibió medicamentos antivirales junto con infusiones de células madre mesenquimales (CMS), mientras que un segundo grupo recibió medicamentos antivirales e infusiones de placebo.
Según los investigadores, los gatos tratados con la terapia MSC presentaron menos linfocitos T y B hiperactivos (asociados con la sobreestimulación inmunitaria) y más linfocitos T reguladores (que pueden calmar el sistema inmunitario). Estos gatos también desarrollaron células de memoria a largo plazo, vitales para la protección del organismo en el futuro.
Además de ayudar a los gatos con problemas a largo plazo causados por la PIF, estos hallazgos también podrían brindar información sobre virus con efectos similares en los humanos, como el COVID-19 .
“Es importante comprender que muchas mascotas padecen enfermedades similares a las humanas”, afirmó Kol. “La medicina veterinaria es una plataforma maravillosa para realizar ciencia traslacional que beneficie tanto a las mascotas como a los humanos”.
Este artículo no ofrece asesoramiento médico y debe utilizarse únicamente con fines informativos.