La industria textil y de la confección de Turquía enfrenta uno de los desafíos de empleo más severos de los últimos años, impulsado por una fuerte caída de la demanda mundial y una ola de cierres de fábricas.
Según Rafi Ay, presidente del sindicato Öz-İplik İş, solo en el último año han cerrado casi 2.960 empresas, dejando a 67.528 trabajadores desempleados.
El sector ha entrado en lo que Ay describe como “una fase peligrosamente inestable”.
Ay reveló que el impacto acumulado desde 2022 ha sido asombroso, con 7.805 empresas cerradas y 315.107 empleos perdidos.
El número de trabajadores activos en el sector ha bajado de 1,3 millones en 2022 a apenas 990.000 en la actualidad, según el líder sindical.
“Estamos perdiendo herramientas de producción, fábricas y maquinaria”, dijo, pidiendo acciones urgentes.
“Si estamos todos en el mismo barco, entonces bajemos a la cubierta de los trabajadores”, dijo Ay.
También destacó el traslado de fábricas nacionales al exterior, lo que ha provocado una caída del 10 por ciento en las exportaciones de prêt-à-porter y un aumento del 55,4 por ciento en las importaciones entre 2022 y 2024.
Sólo en los primeros cinco meses de este año, el sector contribuyó con 776 millones de dólares al déficit de cuenta corriente de Turquía, según Ay.