Los recortes presupuestarios de Alemania dejan a la industria pesada atrapada en tecnología contaminante

(Bloomberg) — En Geseke, una pequeña ciudad en el corazón industrial del oeste de Alemania, los planes para lanzar un proyecto de captura de carbono a gran escala en una planta de cemento local han quedado congelados.

La operadora Heidelberg Materials AG había recibido subvenciones de la Unión Europea para el proyecto ecológico, que previsiblemente ahorrará 700.000 toneladas de emisiones de carbono al año, y tenía previsto iniciar la construcción el próximo año. Sin embargo, la empresa —que el mes pasado comenzó a capturar y licuar emisiones en Noruega— ya no ha fijado un plazo para su proyecto alemán porque no se dan las condiciones para una decisión de inversión definitiva y rápida.

El nuevo gobierno conservador alemán ha apostado con fuerza por la captura y el almacenamiento de carbono, presentándolo como una vía pragmática para alcanzar los objetivos climáticos legalmente vinculantes en sectores difíciles de descarbonizar. Sin embargo, si bien el canciller Friedrich Merz se ha comprometido a acelerar la tecnología eliminando las barreras regulatorias, los drásticos recortes presupuestarios del gobierno están socavando precisamente los proyectos que dice apoyar. El resultado es una estrategia climática atrapada entre la conveniencia política y la restricción fiscal, lo que deja a las industrias con mayor intensidad de emisiones del país enfrentando un aumento en el costo de las emisiones de carbono en los próximos años, mientras que la industria alemana ya lucha por mantenerse a flote.

Berlín revivió recientemente un borrador de propuesta que el gobierno anterior dejó inconcluso para legalizar la captura y almacenamiento de carbono (CAC). Sin embargo, los fondos para un programa de industria limpia —desarrollado para apoyar todo, desde el hidrógeno hasta la captura de carbono— se reducirán drásticamente de 24.500 millones de euros a 1.800 millones de dólares (2.100 millones de dólares) a mitad de mandato, según el proyecto de ley de presupuestos de este año, que se debate actualmente en el parlamento.

Si bien la coalición gobernante ha prometido cumplir con el objetivo nacional de neutralidad climática para 2045, cada vez es más difícil determinar quién asumirá los costos. “Si el gobierno resta prioridad a la financiación de la descarbonización de la industria, esta sería, con mucho, la medida más problemática en términos de protección climática”, afirmó Jens Burchardt, cofundador del Centro para el Clima y la Sostenibilidad de Boston Consulting Group.

Los fabricantes del país ya se enfrentan a una gran cantidad de trámites burocráticos, altos precios de la energía y escasez de personal cualificado. Se verán sometidos a una presión adicional en los próximos años a medida que aumenten los costes de la contaminación ambiental. «En este contexto, retirar simultáneamente el apoyo financiero que las empresas necesitan para invertir en alternativas ecológicas es una fórmula para una mayor desindustrialización de Alemania», declaró Burchardt.

Holcim AG, especialista suizo en materiales de construcción y que planea un proyecto de captura de carbono cerca de Hannover, afirmó que los recortes presupuestarios han generado incertidumbre en el sector sobre cómo se mantendrá la financiación para la descarbonización en general. Un representante de la Alianza para la Gestión del Carbono (Carbon Management Alliance) afirmó que los recortes suponen un retroceso para los objetivos climáticos.