Las familias de los estadounidenses asesinados en Cisjordania pierden la esperanza de justicia

Cuando Sayfollah Musallet, de Tampa, Florida, fue golpeado hasta la muerte por colonos israelíes en Cisjordania hace dos semanas, se convirtió en el cuarto palestino-estadounidense asesinado en el territorio ocupado desde que comenzó la guerra en Gaza.

Nadie ha sido arrestado ni acusado por el asesinato de Musallet, y si el historial de Israel en las otras tres muertes sirve de referencia, parece improbable que suceda. Sin embargo, el padre de Musallet y un número creciente de políticos estadounidenses quieren cambiar el guion.

“Exigimos justicia”, dijo Kamel Musallet en el funeral de su hijo de 20 años a principios de esta semana. “Exigimos que el gobierno estadounidense haga algo al respecto”.

Aun así, Musallet y los familiares de los demás palestino-estadounidenses dudan que alguien rinda cuentas, ni por parte de Israel ni de Estados Unidos. Creen que la primera palabra de su identidad compuesta debilita la fuerza de la segunda. Y afirman que Israel y sus fuerzas del orden los han hecho sentir culpables, imponiéndoles prohibiciones de viaje y, en algunos casos, deteniéndolos e interrogándolos.

Aunque la administración Trump no ha prometido realizar sus propias investigaciones, la Embajada de Estados Unidos en Jerusalén ha instado a Israel a investigar las circunstancias de la muerte de cada estadounidense.

El 15 de julio, el embajador de Estados Unidos en Israel, Mike Huckabee, escribió en X que había pedido a Israel que “investigara agresivamente el asesinato” de Musallet y que “debe haber rendición de cuentas por este acto criminal y terrorista”.

El senador Chris Van Hollen, de Maryland, y otros 28 senadores demócratas también han solicitado una investigación. En una carta enviada esta semana al secretario de Estado, Marco Rubio, y a la fiscal general, Pam Bondi, señalaron la reiterada falta de rendición de cuentas tras la muerte de Musallet y otros estadounidenses asesinados en Cisjordania.

El ejército, la policía y la agencia de seguridad interna Shin Bet de Israel no respondieron a las solicitudes de comentarios sobre las muertes de los palestinos estadounidenses.