Francia reconocerá oficialmente al Estado de Palestina en septiembre, convirtiéndose en el primer país del G7 en hacerlo. El presidente Emmanuel Macron confirmó la decisión en una publicación en redes sociales, indicando que el anuncio formal se realizará durante la sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.
La decisión se produce en medio de la continua violencia en Gaza y de los crecientes llamamientos internacionales a un alto el fuego, ayuda humanitaria y la renovación de los esfuerzos diplomáticos para lograr una solución de dos Estados. Francia ha presentado este reconocimiento como parte de su firme apoyo a una paz justa y duradera en Oriente Medio, a la vez que ha subrayado la importancia de desmilitarizar a Hamás y garantizar la seguridad de Israel, según informa la BBC.
El anuncio ha generado reacciones diversas a nivel mundial. Las autoridades palestinas acogieron la medida como una reafirmación de su derecho a la autodeterminación. En cambio, los líderes israelíes la condenaron, argumentando que el reconocimiento en las condiciones actuales socava la paz y favorece el terrorismo, en particular tras el ataque de Hamás de octubre de 2023.
Este reconocimiento impulsa los esfuerzos de varios países europeos por la creación de un Estado palestino. Más de 140 Estados miembros de la ONU ya reconocen a Palestina, aunque la mayoría de los miembros del G7, incluidos Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania, aún no han seguido su ejemplo.
El anuncio también se produce mientras las agencias de ayuda humanitaria siguen advirtiendo sobre la desnutrición severa y la hambruna inminente en Gaza. Con el acceso a los suministros humanitarios estrictamente controlado, la presión internacional sobre Israel ha aumentado, aunque las autoridades israelíes sostienen que no existe bloqueo y acusan a Hamás de desviar la ayuda. El reconocimiento de Palestina por parte de Francia podría indicar un cambio en la postura diplomática occidental sobre el conflicto israelí-palestino, lo que podría aumentar la presión sobre otras grandes potencias para que sigan el ejemplo.