La administración Trump instó a la Corte Suprema de Estados Unidos a permitirle llevar a cabo importantes recortes de financiación a las subvenciones de los Institutos Nacionales de Salud (NIH), argumentando que los programas actuales relacionados con la diversidad son “indiscutiblemente contrarios a las prioridades de la administración”.
Esta medida es la última en la iniciativa continua del presidente Donald Trump para reducir el gasto federal y eliminar el apoyo del gobierno a las iniciativas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), incluidas aquellas relacionadas con la investigación biomédica y la atención médica para personas transgénero.
El Departamento de Justicia presentó una solicitud de emergencia ante el tribunal para levantar una orden emitida en junio por el juez federal de distrito William Young en Boston. Este fallo bloqueó el plan de la administración y ordenó al gobierno restablecer el acceso a más de 783 millones de dólares en subvenciones de los NIH. La demanda fue interpuesta por investigadores y 16 estados con mayoría demócrata, entre ellos Massachusetts.
En su presentación, el Departamento de Justicia argumentó que la orden judicial del tribunal de distrito obliga al gobierno a “seguir pagando 783 millones de dólares en subvenciones federales que son indiscutiblemente contrarias a las prioridades de la administración”.
Los NIH, considerados el mayor financiador de investigación biomédica del mundo, se han visto sometidos a una creciente presión desde el regreso de Trump a la presidencia en enero. Los críticos afirman que el amplio esfuerzo de su administración por desmantelar los programas de diversidad y equidad sanitaria está politizando la ciencia y poniendo en peligro la salud pública.
“Los recortes perjudican la salud de los estadounidenses y de la población mundial”, advertía una carta abierta firmada en junio por decenas de científicos y personal de los NIH. Los firmantes acusaron a la agencia de rechazar la investigación inclusiva y de ser cómplice de “una agenda política que socava las políticas sanitarias basadas en la evidencia”.
La administración Trump ha recurrido con frecuencia a la Corte Suprema —ahora dominada por una mayoría conservadora de 6 a 3— para despejar los obstáculos legales a sus radicales cambios de política. Hasta ahora, el alto tribunal se ha alineado mayoritariamente con la administración en la mayoría de los asuntos controvertidos desde enero.
La solicitud en el caso del NIH podría tener consecuencias a largo plazo para los programas de investigación financiados por el gobierno, particularmente aquellos destinados a abordar las disparidades raciales, de género y LGBTQ+ en los resultados de salud.
El fallo de Young se produjo en dos demandas que impugnaban los recortes. Una fue presentada por la Asociación Americana de Salud Pública, investigadores individuales y otros demandantes, quienes calificaron los recortes como una “purga ideológica continua” de proyectos con una supuesta conexión con la identidad de género, la DEI “u otro lenguaje vago, ahora prohibido”. La otra fue presentada por los estados, la mayoría de ellos de mayoría demócrata.