Australia levantará las restricciones a la importación de carne vacuna procedente de Estados Unidos, una barrera comercial que había enojado a la administración Trump.
La carne de res estadounidense está prohibida en el país (que cuenta con algunas de las leyes de bioseguridad más estrictas del mundo) desde 2003, tras un brote de la enfermedad de las vacas locas.
La Casa Blanca había citado las restricciones al explicar los aranceles impuestos a Australia en abril, y las autoridades estadounidenses reaccionaron a la noticia diciendo que el “gran avance comercial” “haría que la agricultura volviera a ser grande”.
El gobierno australiano ha negado que el momento de la decisión estuviera relacionado con el conflicto comercial, diciendo que una revisión del departamento que duró una década encontró que Estados Unidos había mejorado las medidas de seguridad de la carne de res.
Canberra técnicamente levantó la prohibición de la carne vacuna estadounidense en 2019, pero el ganado de México y Canadá permaneció en la lista negra, y la integración de sus cadenas de suministro significó que esto esencialmente también prohibió la entrada de carne vacuna a los Estados Unidos.
Sin embargo, Estados Unidos ha introducido recientemente mejores protocolos de rastreo del ganado, lo que permite a las autoridades rastrear dónde fue criado y responder de manera más efectiva en caso de un brote de enfermedad.
En un comunicado, la secretaria de Agricultura de Estados Unidos, Brooke Rollins, dijo que las restricciones eran “absurdas” y destacó la seguridad de los productos cárnicos de su país.
Atrás quedaron los días en que se dejaba al margen a los agricultores estadounidenses.
La ministra de Agricultura de Australia, Julie Collins, dijo que el departamento había llevado a cabo una “rigurosa evaluación basada en la ciencia y el riesgo” y ahora estaba “satisfecho” de que Estados Unidos estuviera gestionando cualquier amenaza a la bioseguridad.
“Esta decisión se ha basado puramente en la ciencia”, dijo en un comunicado.
“El gobierno laborista de Albanese nunca comprometerá la bioseguridad”.
Pero la oposición ha sugerido que el gobierno puede haber hecho precisamente eso.
“Parece como si [la prohibición] hubiera sido negociada para apaciguar a Donald Trump, y eso es lo que no queremos”, dijo el líder nacionalista David Littleproud a la Australian Broadcasting Corporation (ABC).
“Quiero ver la ciencia.”
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Sin embargo, el director ejecutivo de Cattle Australia, Will Evans, dijo a la ABC que estaba “cómodo” con la decisión y que la industria tenía que “depositar confianza” en el departamento.
Añadió que Estados Unidos era un socio comercial importante con el que Australia necesitaba mantener una buena relación.
Estados Unidos es el mayor mercado de exportación de carne vacuna de Australia, con un valor de 14.000 millones de dólares australianos (6.800 millones de libras esterlinas, 9.200 millones de dólares) el año pasado.
Trump criticó a la industria al imponer lo que llamó aranceles “recíprocos” de al menos el 10% a todas las exportaciones australianas.
Sin embargo, un informe de Meat and Livestock Australia publicado en junio concluyó que el arancel a la carne de res no había afectado el comercio, que había aumentado alrededor de un tercio en lo que va del año.