Las remesas ayudan a las mujeres en México a mantenerse al día con sus préstamos

Las remesas están mejorando cada vez más el acceso al crédito y reduciendo las tasas de impago en México, especialmente para los hogares de bajos ingresos, según un nuevo documento de investigación del Banco Central de México (Banxico).

El estudio, Uso del crédito, tasas de morosidad crediticia y remesas, examinó más de 34 millones de préstamos al consumo y descubrió que los hogares que reciben remesas están en mejores condiciones de cumplir con sus obligaciones crediticias, experimentan una menor morosidad y califican para financiamiento en términos más favorables.

Una de las principales conclusiones del estudio: las mujeres que reciben remesas tienen mayor probabilidad de destinar esos fondos a mantenerse al día con los pagos de sus préstamos. Este efecto estabilizador ayuda a proteger el historial crediticio y fortalece la resiliencia financiera de los hogares.

Las entradas de remesas pueden ayudar a los prestatarios a obtener préstamos con plazos más largos y tasas de interés más bajas, reduciendo así la dependencia de productos crediticios de corto plazo y alto costo que siguen siendo comunes entre las poblaciones con acceso limitado a servicios financieros. El autor principal, Martín Tobal, subgobernador de Banxico, y los coautores David Heres, David Jaume y Everardo Téllez argumentan que este efecto de sustitución es especialmente significativo en economías de ingresos bajos y medios con una penetración limitada del crédito formal.

Los investigadores también descubrieron que las remesas no solo facilitan el pago, sino que también pueden ampliar la capacidad de endeudamiento. Los hogares que reciben remesas tienen mayor probabilidad de obtener préstamos adicionales o de aumentar el monto de los préstamos, ya que los prestamistas consideran un flujo de caja más estable.

Los datos de las encuestas de hogares muestran la escala potencial de este canal: en 2015, aproximadamente la mitad de los hogares mexicanos receptores de remesas tenían una cuenta bancaria, y alrededor del 30% reportó tener un préstamo, muchos de ellos pagados en parte con ingresos de remesas.

Aproximadamente el 99% de las transacciones de remesas a México se procesan electrónicamente y cerca del 35% se depositan directamente en cuentas bancarias. Estos flujos impulsan la liquidez y fortalecen el sistema financiero formal, señala el documento.

A nivel internacional, algunos mercados emergentes están trabajando para formalizar los ingresos por remesas en las evaluaciones crediticias, ayudando a los receptores a abrir cuentas, construir un historial financiero y acceder a préstamos regulados. Los autores sugieren que estas políticas podrían impulsar aún más la inclusión financiera en México.