La Pasión No Tiene Número: Más de 2.000 Españoles Animan con Fuerza a la Roja en Zúrich

Zúrich vivió una jornada diferente, teñida de rojo y vibrando al ritmo de tambores y cánticos españoles. Aunque numéricamente eran menos, más de 2.000 aficionados españoles se hicieron sentir como una auténtica marea emocional que no pasó desapercibida en la semifinal contra Alemania. Con banderas al viento, camisetas de la selección y gargantas encendidas, demostraron que en el fútbol, la pasión no se mide por la cantidad, sino por la intensidad.

Desde tempranas horas, los seguidores se concentraron en las calles y puntos organizados por la Federación Española, como la conocida Lagerstrasse 41, que se transformó en una fiesta improvisada donde resonaban gritos de “¡Vamos España!” y “¡A por todas!”. La ilusión de ver a la selección femenina llegar a la gran final de la Eurocopa fue el motor que impulsó a cada hincha a darlo todo, incluso lejos de casa.

Curiosamente, esta muestra de amor por la camiseta no estuvo acompañada por una gran representación política. Mientras otros gobiernos europeos enviaban delegaciones, en el caso español, la ausencia fue notoria. Pero la afición lo suplió con creces. Porque cuando la selección salta al campo, el verdadero poder está en las gradas.

España llegó a esta semifinal con hambre de historia. Nunca antes el equipo femenino había llegado tan lejos en una Eurocopa. Y aunque el rival era una potencia como Alemania, el ánimo en Zúrich era el de una final anticipada. Los gritos, las lágrimas, las canciones… cada detalle dejaba claro que para los aficionados, ya se había ganado algo muy valioso: el respeto y la fe inquebrantable en estas guerreras.

Si esta selección logra alcanzar la final, no solo será mérito de su fútbol, sino también del aliento incondicional de esos “pocos, pero ruidosos” que tiñeron Zúrich de rojo y esperanza.