Lo que empezó como una simple lucha por el título se convirtió en algo mucho más personal en Monday Night RAW. Judgment Day, normalmente uno de los grupos más unidos de la WWE, llegó a un punto crítico cuando las cosas se complicaron a mitad del combate. Raquel Rodríguez y Roxanne Pérez defendían los títulos femeninos de parejas. Dominik Mysterio estaba en ringside, con su habitual ritmo agresivo. Y entonces, todo se descontroló.
Lyra Valkyria, una de las retadoras, se enfrentó a Dom fuera del ring. No era un caos predecible, se sentía tenso. Entonces llegó el momento que lo cambió todo. Rodríguez le lanzó una Gran Patada a Valkyria. Ella la esquivó. Y Dom la recibió de lleno en el pecho. Cayó con fuerza. Un accidente total, pero las consecuencias fueron inmediatas.
Un éxito que lo cambió todo
Rodríguez y Pérez se quedaron paralizados. Dom rodó por la lona, visiblemente herido. De repente, la lucha por el título en parejas se sintió como un ruido de fondo. Se notaba que no era solo un movimiento fallido, sino algo más profundo. Judgment Day llevaba tiempo con problemas. Esta noche los puso en el centro de atención.
Tras la expulsión, RAW pasó a comerciales, dejando a los fans en vilo. Cuando volvió, Dom ya no estaba. Sin entrevistas. Sin novedades. Solo Pérez y Rodríguez intentaban mantener la calma. Aún tenían los cinturones, pero su mirada lo decía todo: sabían que esto era malo.
En la WWE, este tipo de cosas no se acaban así como así. Con SummerSlam a la vuelta de la esquina, estos establos están a punto de explotar o, de alguna manera, sobrevivirán al calor. Judgment Day tiene talento, oro y tiempo en pantalla, pero ¿la confianza? Eso simplemente se fue del ring.
Un paso en falso desató el caos. Queda por ver si eso se convierte en traición, una ruptura o simplemente en más drama interno. Pero lo que sí está claro es que RAW solo añadió otra capa a la historia del Día del Juicio Final, y a partir de ahora la cosa solo empeora.