El número de muertos en un ataque a una iglesia católica en el este del Congo por parte de rebeldes respaldados por el Estado Islámico ha aumentado a 34, según un líder de la sociedad civil.
“Los cuerpos de las víctimas aún se encuentran en el lugar de la tragedia, y los voluntarios se preparan para enterrarlos en una fosa común que estamos preparando en un recinto de la iglesia católica”, declaró a The Associated Press Dieudonne Duranthabo, coordinador de la sociedad civil en Komanda, provincia de Ituri.
Al menos otras cinco personas murieron en un ataque anterior en la cercana aldea de Machongani, desde donde se está realizando una búsqueda.
“Se llevaron a varias personas al bosque; no sabemos su destino ni su número”, dijo a AP Lossa Dhekana, líder de la sociedad civil en Ituri.
Se cree que ambos ataques fueron llevados a cabo por miembros de las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) armados con pistolas y machetes.
El ejército ha confirmado al menos 10 muertes, mientras que los medios locales sitúan el número total de muertos en más de 40.
Duranthabo dijo que los atacantes irrumpieron en la iglesia en la ciudad de Komanda alrededor de la 1 am. Varias casas y tiendas también fueron quemadas.
El teniente Jules Ngongo, portavoz del ejército congoleño en la provincia de Ituri, confirmó que hubo 10 muertos en el ataque a la iglesia.
Las imágenes de video de la escena, compartidas en línea, parecían mostrar estructuras en llamas y cuerpos en el suelo de la iglesia. Quienes pudieron identificar a algunas de las víctimas lloraron, mientras que otras permanecieron en estado de shock.
Una emisora de radio respaldada por la ONU informó de la muerte de 43 personas, citando fuentes de seguridad. Añadió que los atacantes provenían de un bastión a unos 12 kilómetros (7 millas) del centro de Komanda y huyeron antes de que llegaran las fuerzas de seguridad.
Duranthabo condenó el ataque “en una localidad donde están presentes todas las fuerzas de seguridad”. Añadió: “Exigimos una intervención militar lo antes posible, ya que nos informan que el enemigo sigue cerca de nuestra localidad”.
El este del Congo ha sufrido ataques mortales en los últimos años por parte de grupos armados, como las Fuerzas de Defensa de Uganda (ADF) y rebeldes respaldados por Ruanda. Las ADF, vinculadas al Estado Islámico (EI), operan en la zona fronteriza entre Uganda y el Congo y suelen atacar a civiles. El grupo asesinó a decenas de personas en Ituri a principios de este mes en lo que un portavoz de las Naciones Unidas describió como una masacre.
Las ADF fueron formadas por pequeños grupos dispares en Uganda a fines de la década de 1990 tras un supuesto descontento con el presidente Yoweri Museveni.
En 2002, tras los ataques militares de las fuerzas ugandesas, el grupo trasladó sus actividades al vecino Congo y desde entonces ha sido responsable de la muerte de miles de civiles. En 2019, juró lealtad al Estado Islámico.
Las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC), que han luchado durante mucho tiempo contra el grupo rebelde, han estado enfrentando ataques desde que se reanudaron las hostilidades entre el M23 respaldado por Ruanda.