La superestrella francesa Kylian Mbappé enfrentó un grave problema de salud durante el Mundial de Clubes de la FIFA 2025, pero lo que parecía un revés puede convertirse en una ventaja inesperada.
¿Cómo empezó?
Mientras representaba al Real Madrid en el torneo celebrado en Estados Unidos, Mbappé fue hospitalizado de urgencia por una grave infección gastrointestinal. La enfermedad lo dejó exhausto y lo obligó a perderse varios partidos mientras se recuperaba bajo estricta supervisión médica.
Según el medio francés L’Equipe, el delantero perdió alrededor de 6 kilogramos durante el breve período de enfermedad, una observación que los fanáticos notaron rápidamente una vez que regresó a la acción con un físico visiblemente más delgado.
A pesar de la alarmante pérdida de peso, la recuperación de Mbappé ha sido sorprendentemente rápida y eficiente gracias al fenómeno fisiológico conocido como “memoria muscular”. Atletas bien entrenados como él pueden recuperar la fuerza, la velocidad y la flexibilidad perdidas con mayor rapidez tras un declive temporal de su forma física.
No es el primero: la lección de Messi en 2014
El caso de Mbappé no es único. En 2014, Lionel Messi experimentó problemas similares debido a sus malos hábitos alimenticios. Medios españoles revelaron que Messi consumía pizza con doble queso después de los partidos. Su rendimiento bajó y Cristiano Ronaldo ganó el Balón de Oro ese año.
Messi luego recurrió al nutricionista italiano Giuliano Poser, eliminó el azúcar y los refrescos y perdió más de 3 kg en 2015. Se recuperó en plena forma y recuperó el Balón de Oro.